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Matías se recarga en el sillón de felpa; relajando su cuerpo con su celular en mano.
No pudo evitar adentrarse a un descanso prematuro, sinceramente.
Después de todo; un descanso venía bien antes de trabajar, ¿verdad?
Matías quería creer que sí.
A su lado; Juani mira una película en la televisión mientras come un trozo de pastel que quedó del día anterior.
Pese a la desaprobación de Matías ante eso, el alfa prefería seguir degustando tranquilamente.
Porque según él; "vida solo hay una y hay que aprovecharla".
En parte era cierto, aunque Matías no quería aceptarlo.
Aun así; él prefería solo tomar un mate antes de irse a trabajar.
Los desayunos cargados no iban con Matías. Creía que con la mayoría de personas no iba.
Pero, por supuesto, Juani siempre era diferente. Y eso, de algún modo, le agradaba.
—Ni una semana y Enzo Vogrincic ya está en las noticias como primera plana, ¿qué clase de locura es esta?
Juani observaba el móvil que le es tendido. Con la pantalla encendida y mostrando una de las tantas noticias que tuvo Enzo Vogrincic durante los cuatro días después de su última visita al café.
—Es Enzo Vogrincic, boludo, ¿qué esperabas?
Realmente, Matías no esperaba nada menos.
Enzo Vogrincic siempre tendría el foco de atención a donde vaya.
Más aún cuando se atrevió a pasar por la puerta de la cafetería como si fuera una persona totalmente común y sin ningún prestigio.
Claramente, eso despertaría la curiosidad de toda la prensa.
Y, por eso, ahora Enzo no era el único que estaba en boca de todos.
Si no también la cafetería misteriosa que visitó en una ocasión, bueno, en más de una ocasión. Pero, la prensa no sabía eso.
Y era mejor que nunca lo sepan.
—Mira el lado bueno —Juani trató de borrar la cara larga de Matías—. Tendremos más clientes.
Bajo un guiño; Juani termina de hablar. Y luego procede a comer un trozo más de pastel.
—No me parece correcto apegarnos a un famoso para ganar público.
—Es que no lo hacemos, che —corrige—. El famoso se apega a nosotros, no al revés. ¿O acaso buscamos a Enzo Vogrincic para que vaya al café?
—Igualmente; no me parece correcto.
Matías parecía no querer cambiar de opinión. Juani solo le sonrió y volteó el rostro al televisor.
