𝗢𝗰𝗲𝗮𝗻 𝗘𝘆𝗲𝘀 ⇌ Kookmin

̶M̶̶A̶̶R̶̶E̶̶A̶

Jimin escucha un murmullo distante. Intenta moverse, pero su cabeza parece estar atrapada dentro de una colmena: pesada, palpitante y zumbante. La fuente del ruido persiste hasta que se ve obligado a volver a la realidad. Mira a su alrededor en busca de su teléfono móvil y finalmente lo encuentra colgado al final de su cama. Al mirar la hora, se da cuenta de que le falta una hora y media para su primera clase.

Levantarse de la cama le produce un terrible dolor de cabeza, siente los ojos hinchados por la cantidad de lágrimas que le han proporcionado la noche anterior. El cansancio se le pega al cuerpo y se niega a irse, resultado de una noche de insomnio.

Apenas pudo dormir una siesta de cinco minutos antes de que su cerebro lo obligara a analizar todo lo que había sucedido la noche anterior. Jimin está herido física y mentalmente: su cabeza es un caos de arrepentimiento y dolor, se siente angustiado y decepcionado. Desconsolado es la emoción adecuada para describirlo.

¡Qué estúpido era!

Jimin piensa en faltar a clases. No tiene ganas de ir a ningún lado, no cree que pueda entender nada en este momento, pero suspira cuando se da cuenta de que, de todos modos, tendría que ir a trabajar. Además, está bastante seguro de que, si se queda en casa para compadecerse, de alguna manera terminará por convencerse de hacer algo de lo que se arrepentirá más tarde.

Las marcas de dedos en sus muslos, donde se subió el pantalón corto, dejan claro que necesitará cubrir la evidencia de alguna manera. Recuerda que Taehyung guarda una caja de maquillaje en el último estante del baño y camina lo más silenciosamente posible hacia el lugar, recordando que otras dos personas también ocupan el apartamento.

Jimin ni siquiera quiere pensar en lo que haría Taehyung si se enterara de todo lo que pasó. La vergüenza surge entre sus costillas cuando recuerda los celos que sintió por parte del otro chico; cuántas veces deseó ser como el. 

Taehyung siempre dice que Jimin es irreemplazable y único, que hace todo lo posible para aumentar la autoestima del chico, pero Jimin no cree que el otro entienda el sentimiento de inferioridad, de esforzarse al máximo y fracasar miserablemente. Porque la verdad es que, mientras Jimin se esfuerza por convertirse en una flor, Taehyung ya es todo un jardín, uno hermoso y exuberante.

La imagen que encuentra frente al espejo es la que esperaba. Tiene los ojos rojos y la cara hinchada, marcas decoran su cuello y muñecas, los músculos de su espalda crujen por haber sido lanzados contra objetos afilados. Restos de una pelea que Jimin desearía poder olvidar.

Se enfrenta al espejo durante un minuto más y la vergüenza no tarda en llegar. Una vez más se encuentra siendo pedazos en manos de otros y eso le trae un amargo sabor de resentimiento a la boca. El asco consigo mismo esta vez es más fuerte que las ganas de llorar, se traga el familiar nudo que se forma en su garganta.

Se pone de puntillas, tirando de la caja con cuidado para que no caiga al suelo y despierte a los dos amantes. El corrector está concentrado, da una cobertura eficaz a las zonas que más lo necesitan. Siente una brisa fresca que entra por la ventana del baño y agradece la oportunidad de ponerse uno de sus jerseys de cuello alto, sabiendo que la elección no será cuestionada debido al frío. No encuentra nada que colocarse en el labio, pero siempre puede inventar un accidente. Es muy bueno en eso, poniendo excusas.

La hora en la pantalla de su teléfono indica que probablemente debería terminar de arreglarse, por lo que abre el armario recogiendo las prendas que ocultan sus acciones pasadas y hace una breve nota mental de que necesita lavar su ropa. La melancolía dificulta la tarea, las recaídas de recuerdos hacen que tarde más de lo que desearía en terminar las tareas.