Nine

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-Quien diría que un hombre como TU seria capaz de enviar flores a mi casa, que tierno ¿eh?- Dijo el rubio mientras hablaba por teléfono con su amado, quien seguía en Rusia.

-Pues, claro que soy tierno, querido. ¿Te gustaría que fuera un puto pedazo de hielo todo el tiempo? Si tan solo pudiera estar allá, no sabes las cosas que me gustaría hacerte cuando estemos solos...- Dijo el ruso desde la llamada, últimamente Makarov se había vuelto más dulce, más delicado y sensible con Graves, estaba empezando a ser un buen novio, el realmente quería a Phillip y Phillip no dudaba de él.

-¿Ah sí? ¿Que te gustaría hacerme, mh?- Respondió el rubio, poniéndose cómodo en su cama con el ramo de flores a su lado.

-Cuando estemos solos, te quitaré el puto traje, voy a azotarte contra la cama, te marcare todo el cuerpo y romperé ese lindo culito tuyo.. hasta dejaste sin caminar por unos días, la meteré una y otra vez, hasta que no puedas más y te quedes sin voz de tanto gritar mi nombre.. la habitación se llenará de gemidos y por más que llore su ruegues no voy a parar, le vas a hacer honor a el apodó de 'conejito' cuando saltes sobre mis caderas una y otra vez rogando que pare...-

-... Te pasas, en serio.-

-¿Qué? Tu preguntaste, Phill.-

-Pero no lo quería tan.. tan directo, ¿Dónde quedó el romanticismo?-

-El 'romanticismo' puedes metertelo por el culo.-

-Que tierno eres.. ya me voy, hasta mañana.-

-¿Te enojaste, Сердце?- Pregunto el ruso mientras se reía entre dientes.

-Si.- Dijo Phillip con un suspiro.

-Perdón, nos vemos, Phill-

-Si, nos vemos-

-Te a- El ruso no logro terminar su frase antes que el estadounidense haya terminado la llamada.

"Está exagerando" Pensó el ruso. "El me preguntó, solo fue una broma.. no tan broma". Decidió irse a dormir y no pensar tanto en ello, no quería soñar con Phillip... Pero dios, amaba tanto a ese rubio tonto, su forma de hablar, de caminar, de vestir, simplemente todo en el... Phillip era tan perfecto, o por lo menos, eso creía el.

Más tarde esa noche, recibió una repentina llamada de Phillip.

-¿Que ocurre, cariño?- Pregunto el ruso, aún un tanto dormido.

-Maldito.. eres tan.. ¡AGH! ¡ME HACES SENTIR COMO UN JODIDO PECADOR!... ¡ERES UN ASQUEROSO, ME DAS ASCO Y HACES QUE YO TAMBIÉN ME DE ASCO!...- Respondió el estadounidense, mientras arrastraba las palabras, con sollozós de por medio, un tono de ira y dolor resonaba en su voz.

-... ¿Qué?- Sostenía el teléfono en su oreja mientras escuchaba las palabras hirientes de su "amado". Makarov no esperaba esta llamada en absoluto, que fuera tan tarde y lo llamara así en tal estado lo había tomado completamente desprevenido, él sabía que había sido un poco brusco pero ¿Hacerlo sentir asco? ¿Era ese realmente el sentimiento de Graves hacia él? Sus manos temblaron un poco mientras sostenía el teléfono contra su oído, su voz salió suave y preocupada, casi en silencio.

-Phillip…- Makarov murmuró, todavía procesando la situación mientras escuchaba a Graves sollozar. -¿Por qué me dices esto ahora? ¿Que te pasa? ¿Estás borracho, o algo?-

Vladimir no entendía nada, eran como las 2:17 de la mañana y se estaba apenas se estaba despertando. ¿Por qué me decís esto ahora? ¿Que se suponía que estaban felices?

-¡Guácala! ¡Me das asco, maldito!- Y dicho esto, el colgó la llamada, dejando a Makarov; inquieto, sin respuesta alguna, confuso y deprimido por las fuertes palabras de su novio.

Volko, quien escuchó a su dueño hablar suavemente, se levantó de su camita y fue a ver a Vladimir, quien tenía la mirada dispersa. Volko se subió en la cama de su amo, se sentó en sus piernas y lo miro fijamente, con un pequeño ladrido.

Makarov simplemente lo miro y dió un suspiro, no tenía ganas de nada luego de eso, se acurrucó contra su almohada, las palabras usadas por Phillip habían traspasado su ego y habían llegado muy dentro de el, Volko se acurrucó contra el mientras escuchaba a su dueño llorar, abrazado a su almohada.

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Phillip se levantó con un dolor inmenso en la cabeza, había tomado demasiado la noche anterior, no recordaba nada.. ni sabía dónde estaba. Miró a su lado, viendo a hermosa mujer acostada al costado de su cama, Phillip no podía creerlo ¿En serio fue capaz de ser infiel borracho? Se quedó en shock, se levantó y se dirigió a el baño, se miró al espejo, sus ojos estaban rojos, su cuello tenía marcas de chupetones y labial rojo, seguía en shock, no tenía ni la menor idea de dónde estaba principalmente, no sabía dónde estaban sus camaradas, estaba completamente desorientado. Se devolvió a la habitación, la chica, de nombre "Kahory" seguía dormida, Phillip agarre su teléfono, temiendo lo peor. Llamo a Vladimir, con un ligero nerviosismo, la voz al otro del teléfono sonó con un simplemente suspiro.

-¿Qué quieres, Phillip Graves?- Respondió el ruso, con una voz seca y fría.

-Cariño.. ¿Anoche te dije algo?-

-Pff, ¿Que no me dijiste? No tengo ganas de hablar contigo después de eso, que asco, guácala.-

¿Asco? ¿Que quería decir con eso? El ruso corto la llamada, Philip se encontraba confundido, pero si iba a arreglar esto, lo haría de la misma manera que la última vez. Eran las 8:29 de la noche, Graves tomaba un avión hacia la misma parada desde hace ya unos meses.. Rusia.  11 horas y 43 minutos. Phillip bajaba del avión, algo dormido aún, con sus maletas, dispuesto a quedarse un tiempo más de lo anterior, no avisaría a Vladimir, claro, era sorpresa, por lo que tuvo que recurrir hacia una colega cercana; Milena. Ella recibió a escondidas de su jefe a Phillip, el Ruso estuvo todo el día fuera de casa por asuntos lo que le dió a él estadounidense el tiempo necesario para armar una linda cena, solo para ellos. Llegada la más noche, Vladimir entró en su casa, calmado, siendo recibido por su pequeño angelito: Volko y por su ahora no tan preciado novio.

-Ay dios.. ¿Que haces aquí?- Dijo el Ruso mirandolo, con suspiro.

-Vine a verte y arreglar la cagada que no recuerdo haberme mandado.. te hice de comer, puse velas, las flores que me regalaste hace unos días.. y a mi por supuesto... Ah, y una caja de condones, por si los necesitamos.. claro.- El tono de Phill sonaba más sincero.

-Mhm...- Vladimir se acercó a el, quedando cara a cara, murmurando suavemente casi contra sus labios. -Guacala...- Vladimir corto la brecha entre ellos dos, con un suave beso, mientras en su mente pasaba la imagen de los próximos acontecimientos de esa noche.. cenarian, "hablarían" un rato para ponerse al día y luego como siempre, a la cama y no a dormir, exactamente.



(Aún les debo la escena 🔥🔥🔥)

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