Carnicero -COMPLETO-

Capítulo 8: No hay Calma Antes de la Tormenta

Cambié de opinión, estoy demasiado invertido en esto para detenerme incluso sin una computadora. ¡Espero que disfrutes el capítulo!

Los Destinos, como de costumbre, deben haber escuchado sus oraciones y gritado "HA!".

Aquí estaba de nuevo, en el Bunker. Esta vez, no podía ver a Kelli en absoluto. De hecho, el lugar estaba considerablemente vacío, sin nadie a la vista.

Los pasillos del lugar, construidos como un sistema de cuevas, crearon casi la sensación de que Percy estaba en un laberinto. Incluso en su sueño, envió escalofríos por su columna vertebral de cuánto se parecía al Laberinto en su atmósfera.

Comenzó a pasear, ocasionalmente mirando habitaciones abiertas que, como las salas principales, estaban ausentes de cualquier ser vivo. ¿Así era realmente el Bunker en este momento? ¿O era esto una ilusión?

De repente escuchó una puerta que se cerraba abruptamente en la distancia. Podía ver a uno de sus monstruos menos favoritos (segundo solo por el Minotauro) acercándose a él muy rápidamente.

"Kelli?"

El empousa se detuvo tan pronto como ella escuchó su voz. Miró a su alrededor por un momento, hasta fijar sus ojos rojos de sangre en él, o lo que sea que vio. Sin duda Kelli sabía que él era de hecho ella, ya que ella hizo una señal con su dedo para que él la siguiera, y lo hizo como tal.

El monstruo lo llevó a una de esas extrañas habitaciones vacías. Podía ver armas salpicadas por todo el lugar. Le recordó a su pequeña cueva.

"Hola." Ella saludó fríamente, en un tono que no coincidía con su cabello ardiente.

Percy trató de fruncir el ceño, pero parecía un poco incorpóreo en este momento.

"Qué pasa?" Él cuestionó.

Kelli solo suspiró y se apoyó en la pared de la habitación.

"Estaba tratando de buscar al semidiós que el gran jefe trajo hoy."

"Gran jefe?" El Carnicero esta vez recuerda fruncir el ceño mentalmente. O algo así. La situación parecía bastante cómica. "Es así como la llamas?"

"Solo yo. Te imaginas a todo el ejército llamándola así?" Kelli gruñó, pero rápidamente se desvaneció. "Y con qué te refieres ella?"

"Vi a tu jefe ayer. Ella secuestró a mi amigo. El semidiós que ha llegado hoy. Y como ya la estás buscando sin mi advertencia..."

Kelli ensanchó los ojos con miedo y enderezó su postura. "Mira, todos tenemos que sobrevivir, ¿de acuerdo? Seguramente me entiendes aquí-"

Ella se interrumpió cuando Percy se acercó a ella. En realidad no sabía si ella podía sentir su aura o algo así, pero aparentemente eso fue suficiente para intimidar a la empousa suficiente para que se callara.

"Cuidado con tus palabras." Advirtió. "Yo soy no un monstruo con lujuria por la sangre como tú."

Kelli hizo una mueca, pero trató de oponerse a él mostrando sus colmillos. "No eres tú, Percy? ¿No eres tan monstruo como yo? ¿Alguna vez has tenido misericordia, incluso antes de esta fase tuya? Cuántos de nosotros has matado realmente a lo largo de estos años?"

Percy no se inmutó por esto. "Podría preguntarte lo mismo. Naciste para matar y mutilar. No lo somos. YO no lo fue. No le pedí que muriera, y los monstruos aparecieron de cualquier manera. Desde el primer día, todos ustedes me perseguían. Así que no me compares contigo. No mato por deporte."