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Capítulo 9 
Diosa, tortura y el inicio de la obsesión.
Parte I – Venganza.

Christopher

Gema se encontraba en mi regazo acariciando mi pecho mientras nuestros labios se encontraban con intensidad y pasión. Mi mano posaba con suavidad en su vientre depositando caricias. Dos días sin que ella me dirija la palabra, dos días llenos de súplicas y por fin tengo su atención. Mi morena estaba con las hormonas al máximo. Un milagro sucedió cuando vino a mi y me atacó.

— Diosa.. — murmuró en medio de besos. Trate de alejarme aunque no era mi deseo pero era detenido por su agarre en mi cuello. — Tengo que irme.

— No, no. — su agarre se hace más fuerte y vuelve a atacar mis labios la cual deseoso sigo.

Mi mano derecha sube a una de sus tetas en donde la apreso y manoseo a mi antojo sobre la tela, estando complacido por como mi gema se remueve sobre mi, mi polla se mueve con alegría deseando algo de atención. Dejo sus labios con frustración y ella me mira con su ceño fruncido ante mi acción.

— Tengo que irme, morena. — Justifico.

— Christopher... — mantiene mi mano que estaba en una de sus tetas, con tal de no alejarme.

— Gema no me hagas esto, joder. No sabes cuánto deseo quedarme y follarte, pero sería en vano, no podemos hacer nada por tu embarazo.

— Christopher, quiero que te quedes y te comas mis tetas, ¿es mucho pedir?

No

Claro que no, joder.

Cuando estoy apunto de echar todo a la mierda, incluyendo la central y quedarme a complacer a mi mujer como se merece, mi teléfono interrumpe. Gema bufa por el ruido y se levanta con cuidado de mi regazo dándome la espalda.

Veo quien desea morir tan temprano y maldigo a Patrick.

En este instante tenías que llamar, hijo de puta.

Gema

Luego de abandonar el hospital me he tomado un gran descanso obligando con mis acciones a ser atendida por Christopher. Dos días de tortura para él y lo tuve suplicando mi perdón. Lo que faltó era que el puto estuviera de rodillas.

Mis hormonas fueron la ayuda para que lo perdonará. Estoy en mis últimas semanas y he estado deseosa de él.

El supuesto ataque que Rachel James ocasionó hacia mi, ya fue noticia para toda la central, cosa que me alegro en gran manera, pero el miedo también estuvo. No quería lastimar a mis hijos por lo cual me disculpé con ellos mientras acariciaba mi vientre en medio de lágrimas bajando por mis mejillas.

Christopher Morgan poco a poco va cayendo en mis manos. Tendré que hacerle frente y dar mi mejor actuación para enamorarlo completamente. Me ha ayudado el hecho que los Morgan a pesar que no aman a alguien quieren adueñarse de esa persona.

Soy su prometida. El querrá el control y no aceptará que cualquier mujer lo domine.

Se jode. Porque yo no soy cualquier mujer, soy Gema Lancaster, una Diosa que renació en busca de poder y mandato.

— Gema. — la voz de Reece hace eco en la habitación, donde se adentra y me regala una sonrisa. — ¿Cómo te sientes?

— Ya no siento dolor en mi vientre, pero ahora son mis pies y espalda. — me quejo y eso provoca una pequeña carcajada en él.

God is a WomanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora