❝'Cause she needs somebody, to tell her that it's gonna last forever
So, tell me have you ever really, really, really, ever loved a woman? Yeah❞
Dónde los inocentes sentimientos y escenarios anhelados del capitán del Ryujin Nippon en las Olimpiadas...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
📍 28 de Julio de 2020 | Tokyo, Japón
Sofía P.O.V.:
Mi estructura de planes era una muralla segura que internamente estaba detallada en cada esquina las estrategías que realizaría. Escenas, acciones, eventos y consejos.
En pocas palabras, mi plan de juntar a Julia y Ran iba a darse como sea.
Aunque honestamente, nunca he sido casamentera en acción (mentalmente sí lo he sido, desde que tenía 13 años y fui al liceo). Ahora, hacerlo en la vida real era un poco difícil, pero no era imposible.
Tachando mentalmente que Ran ya tiene el instagram de Julia, luego de pasar un interrogatorio previo (obviamente, no iba a dejar a mi amiga con ningún loco, aunque Ran era tan tierno que solo parecía un chico de años menores de secundaria que le tenía un crush a la chica que estaba saliendo de esa etapa), ya todo iba en viento en popa.
Estaba más que emocionada de ver cómo terminaría esto.
El asunto ya era con Yuki. Yo no le he explicado acerca de todo este plan industrial acerca de mis intenciones con Ran y aunque no pareciera descontento con ello, la última mirada que tuve de él fue de impresión y curiosidad.
También a mí me causaba la impresión de conseguirlo luego de meses sin vernos y en otras situaciones, en este caso, yo como un simple mortal y él en su alto apogeo portando la franela del equipo de Japón.
Cabe destacar, que mi cabeza decía que lo conocía de algún lado desde la primera vez que nos vimos en Italia, pero omití ese detalle al ver cómo el hombre se desenvolvía en el momento. Aunque, eso no me detuvo de seguirlo observando en la lejanía. Lo admito, su ataque a puesto 6 era poderoso y era asombroso de verlo.
Esperaba que no me viera con mi cara boba de asombro, porque esa era mi reacción inmediata al ver sus jugadas más ágiles.
Sin embargo, no me esperaba que aquel jugador japonés era nada más y nada menos que el capitán del equipo que representaba a Japón en el mundo. Ahora, los cabos se ataban y entendía un poco más la conversación que escuché sin querer entre Piano y él cuando estaba en el gimnasio del Milano, ayudando a uno de los chicos.
"¿Crees que soy capaz de aquella responsabilidad?".
"Si te eligieron para hacerlo, no hay alguna justificación que tengan que dar. Te eligieron porque eres el candidato perfecto para ocupar ese puesto".
Ya tenía todo sentido.
Bajé ambas pesas con cuidado, dejándolas a mi izquierda para estirar mis piernas y espalda luego de hacer mis rutinarias sentadillas búlgaras con pesas que intentaba no dejarlas pasar por más de tres días.
Desde que tengo uso de razón, el ejercicio se volvió vital cuando empecé a jugar volleyball en mi adolescencia. No me gustaba cansarme tan rápido y gracias al consejo que me dió el entrenador, tuve que trabajar el doble para llegar a ser armadora oficial en mis tiempos universitarios.
