Sick

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- ¡Mierda, pensé que me amabas!

- ¡Y lo hago! Pero no soporto tu toque... - con cada palabra sentía un nudo formándose en su garganta.

- ¡¿Qué mierda estás diciendo?! - no entendía que pasaba y eso lo enojaba más.

- ¡Que no soporto el toque de tus manos sobre mi!... ¡Me dan ganas de vomitar!... Cada vez que vamos a tener sexo me dan náuseas, pero te amo... No sabes lo mucho que desearía que todo fuera diferente.

- Así que toda esta "relación" es una estupidez, una perdida de tiempo.

- ¿Qué? Tom, no quise decir eso... Es solo la marca...

- Si no puedes estar lejos de tu preciado Alfa, mejor ve con el ¡y abrele las piernas como siempre!... De seguro el no te da náuseas... - no paso mucho tiempo para recibir una cachetada suya - ¿Qué te pa-

- ¡No me vuelvas a hablar así! ¡Si no fueras solo un maldito Beta pudieras librarme de esto!

- ... Olvídalo... Solo soy un maldito Beta que pensó que podría competir contra un verdadero Alfa.

- Agh, Tom sabes que no lo decía en serio... Solo me enoje y-

- Déjalo Bill, esto siempre fue un error. Mejor te dejo con tu perfecta familia y tu increíble Alfa.

Dicho esto, Tom empezó a caminar en dirección contraria a donde Bill estaba, dejaba salir unas cuantas lágrimas con su pasó.

- ¡Tom! ¡Vuelve, no seas un exagerado!

- ¡Terminamos, Bill! ¡No me vuelvas a buscar!... ¡Nunca!

Bill no tomaba en serio las palabras de Tom, no era la primera vez que discutían y el siempre terminaba volviendo, pidiendo perdón.

Para su mala suerte, con el pasar de las semanas, empezó a creer que Tom no bromeó esa noche.

Desde ese día, ambos jóvenes, jamás se volvieron a ver, solo tenían presente el recuerdo de esa última noche y se mal decían por arruinarlo todo de esa manera.


C O R T O S - T O L L Donde viven las historias. Descúbrelo ahora