Capítulo 5: Un día lleno de júbilo y regocijo

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Krage Winht

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Krage Winht

El Festival de las Máscaras había comenzado, y su espíritu se reflejaba en la gente, las casas decoradas, los transeúntes vestidos con trajes tradicionales y máscaras, como era evidente. Las máscaras, talladas en madera, los jóvenes las pintaban con colores llamativos o extravagantes. Sin embargo, los ancianos aún acostumbraban a decorarlas con los colores de sus respectivas casas. A menudo, las máscaras representaban animales presentes en los escudos de las familias, aunque no era un requisito obligatorio. Zorros, águilas, osos eran comunes, los lobos eran raros, pero las máscaras de cuervos eran escasas.

En su habitación, Krage trabajaba en su propia máscara: un cuervo, como el escudo familiar de los Winht. Frustrado, arrojó sus herramientas sobre la mesa y se dejó caer en la silla, mirando al techo. Sus manos estaban lastimadas por el esfuerzo.

Un golpe en la puerta interrumpió su inspección. Krage se recompuso. — Adelante, puedes pasar —. La visitante era su madre, que entró sosteniendo pequeños frascos de cristal con pintura.

— ¿Los esfuerzos han dado resultado? — preguntó con gentileza mientras colocaba los frascos y un pincel sobre la mesa. Observó la máscara y tomó una de las navajas que Krage usaba.

— Estoy haciendo todo lo posible, pero no está saliendo como esperaba —respondió Krage, pasándose la mano por la cara para aliviar la frustración—. A veces, querer hacer las cosas perfectas nos impide disfrutar el proceso.

Con movimientos delicados, la madre ayudó a dar forma y acabado a la máscara. Luego, la entregó a Krage junto con la herramienta.

— En Hewiin, los duques suelen encargar a los sirvientes que hagan sus máscaras para el festival, pero a mí me gusta hacer la mía —comentó la madre. Krage imitó sus movimientos con paciencia hasta que la máscara tomó forma. La alejó un poco para apreciarla mejor—. Es divertido, me gusta la sensación de lijar la madera. —

Cuando Krage intentó tomar el frasco de pintura, su madre lo detuvo.

— No, no puedes pintar tu propia máscara. Eso solo lo hacen personas sin familia ni amigos cercanos —advirtió. Era su primer Festival de las Máscaras, los libros que hablaban en profundidad del festival no estaban a su alcance, se ocultaban en libros celosamente guardados por los artífices, así que la tradición se transmitía mayormente de generación en generación, de abuelo a padre y de padre a hijo.

— ¿Tú podrías hacerlo, madre? — preguntó Krage.

La madre negó con la cabeza.

— Lo siento, pero tu padre fue más rápido que tú —dijo. Luego, añadió con nostalgia—: Sabes, cuando conocí a tu padre, fue en un Festival de las Máscaras hace 20 años. Era una fiesta en el castillo real de Huskosa. Yo llevaba un vestido azul y dorado, representando a nuestra casa junto con mi hermano, tu tío. Tu padre era uno de los soldados invitados por el recién coronado Rey Antolis. —

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2024 ⏰

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