A veces solo quiero llorar,
hasta sin lágrimas quedar.
Sacar todo el dolor con cada amarga gota,
hasta cansarme y caer rendida.
Simplemente llorar
hasta que ya no recuerde porqué.
Tal vez así sane más rápido la herida.
Desahogandome con mi almohada,
la enfermera de corazones rotos y,
de paso la mejor consejera.
¿Quién más se sumergiría en el
silencio para escuchar mis más profundos lamentos y desgracias?

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Notes
RandomBorrador de libro antológico de escritos cortos que he plasmado en las notas de mi celular.