Prueba de fuego

Capítulo 7

El olor estaba volviendo locos a los piratas de Barbablanca, incluso cuando Luffy y Sabo se reían abiertamente. Peor aún, sabían que alguien estaba horneando porque alguien había visto a Barbablanca comiendo algo recién hecho poco después de que comenzara el olor.

¿Cuál era el olor que preguntas?

Alguien estaba horneando galletas. No solo chispas de chocolate, sino galletas de azúcar, mantequilla de maní, avena (con suerte sin pasas)... el olor estaba volviendo locos a los piratas porque nadie había encontrado con éxito la fuente. Y había estado alrededor del barco todo el día .

Thatch tuvo que defenderse de no menos de quince piratas curiosos, y fue sólo el hecho de que nadie podía ver evidencia de galletas horneándose lo que les impidió destrozar la cocina de unas pocas docenas.

Barbablanca encontró todo el lío muy divertido, ya que ya tenía un plato de su galleta preferida, al igual que Luffy y Sabo.

Fue sólo cuando llegó la cena que la fuente finalmente se reveló.

"Tienes que estar bromeando... ¿ fuiste tú quien hizo galletas todo el día?" -preguntó Marco.

Ace se rió, mientras Sabo y Luffy reían.

"A Ace le encanta hacer el truco de las galletas desde que obtuvo sus poderes de fuego", dijo Luffy.

"Bueno, sí, ¿se te ocurre una mejor manera de usar el fuego que hacer varias docenas de lotes de galletas a la vez y volver loco a tu equipo tratando de rastrear el olor?" dijo Ace riendo. "Por cierto, Thatch, es posible que haya asaltado tu despensa en busca de los ingredientes".

"Comparte algunas nueces de macadamia y lo igualaremos", sonrió Thatch. Tenía que admitir que fue una buena broma. Ace le entregó un plato entero lleno de ellos. Thatch se enamoró de inmediato, porque Ace había logrado obtener la textura y consistencia perfectas y no las cocinó demasiado.

La mayoría de los Barbablanca le dieron unas palmaditas en la espalda a Ace con buen humor... la razón por la que el olor a galletas frescas se había quedado ahí todo el día era porque Ace había pasado la mayor parte del día haciendo galletas en diferentes lotes y escondiéndolas. Había esperado hasta la cena, cuando se enfrió el último lote, para apagarlos.

"¿Cómo hiciste tantos de estos?" preguntó Marco, comiendo unas galletas de avena. Afortunadamente sin las pasas.

"Nuevamente, usé mis poderes de la fruta del diablo. Me pegué a la parte trasera del barco e hice una plataforma larga arriba y abajo hecha de fuego justo encima de donde estaba el agua para que nadie pudiera ver lo que estaba haciendo para cocinarlos. Sabo ayudó guardar las galletas una vez que evitamos que Luffy derramara la información y me aseguré de que papá recibiera el primer lote", dijo Ace. "Tal vez no tuviéramos un cocinero adecuado en nuestro viejo barco, pero mientras tuviéramos suficiente pescado pudimos sobrevivir".

"No soy un cocinero adecuado... ¡Ace, actuaste como cocinero y médico del barco!" dijo Sabo burlándose. "Aunque nunca entenderé cómo diablos lograste alimentar tres agujeros negros encima de la tripulación".

"Practica", dijo Ace inexpresivamente.

Específicamente, la práctica de mantener alimentados a los dos machos Dursley y a la perra arpía Petunia. Ace aprendió a cocinar banquetes masivos en poco tiempo con ellos.

En cualquier caso, el equipo disfrutó muchísimo de la sorpresa que Ace literalmente les había preparado. En una nota no relacionada, a Thatch le resultó mucho más fácil cocinar comidas abundantes para la tripulación ahora que sabía que Ace podía regular sus llamas lo suficiente como para poder cocinar con ellas. Hacer asados ​​enormes y otras comidas sería mucho más fácil si pudiera hacerlos todos al mismo tiempo... siempre y cuando mantuviera a Ace alimentado de todos modos. Mantenerlos a cierta temperatura era agotador y Ace tenía un agujero negro por estómago. Cocinar para un pirata hambriento era mucho más fácil que para toda una tripulación.