Capítulo 08

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Axel

Las sirenas de la policía se acercaron rápidamente. Aria y yo nos quedamos inmóviles mientras los oficiales nos rodean. Agarró la mano de Aria pensando en escapar, pero dos oficiales se acercaron a nosotros. Para mi desgracia, reconocí al oficial Smith. No era la primera vez que me encontraba con él.

—¿Qué pasa ahora, Axel? —dice Smith, con un tono de resignación en su voz.

—Solo es un malentendido, oficial —respondí, tratando de mantener la voz tranquila—. ¿Verdad, chicos? —Los miro fijamente.

—Necesitamos que todos vengan con nosotros a la comisaría para aclarar esto —indica firmemente.

— Axel y yo no hemos hecho nada. No tiene sentido que nos lleven a nosotros. Ellos estaban acosándome y Axel solo me defendió, así que será mejor que se los lleven a ellos —protesta Aria con firmeza.

Smith suspira y se pasa una mano por el cabello, claramente frustrado con la situación.

—Entiendo tu punto, pero necesitamos aclarar esto en la comisaría. Todos los involucrados deben venir —dice con un tono más suave, pero firme.

Aria me mira con preocupación, y yo le doy una leve sonrisa, tratando de calmarla. Sabía que la situación era delicada, pero también que no habíamos hecho nada malo.

En la comisaría, nos separaron para tomar nuestras declaraciones. Me sentaron en una pequeña sala con Smith frente a mí, su expresión seria.

—Nombre —dice preparando su libreta para tomar mi declaración.

— En serio John, ya me conoces desde que era crío, esto es asombroso — digo con una risa sarcástica.

— Sin excepciones Thompson, y sabes que será asombroso cuando tu padre venga— comenta sarcásticamente.

El oficial continuó con sus preguntas, y yo respondí lo más claramente posible, tratando de explicar la situación sin omitir detalles importantes.

Un nudo se formó en mi estómago. Mi padre. Sabía lo que eso significaba. El oficial hizo la llamada, y el tiempo pasó lentamente mientras esperaba su llegada.

Finalmente, el sonido de pasos pesados se escucha en el pasillo. Mi padre aparece en la puerta, con el rostro enrojecido y una expresión de enojo que me hace temblar.

—¿Qué demonios has hecho ahora, Axel? —gruñe, acercándose a mí.

—Papá, solo fue un malentendido —empiezo a decir, pero él me interrumpe con un movimiento brusco.

—Vamos a casa —dice, su voz fría y dura.

El viaje de regreso es silencioso, con mi padre apretando el volante con fuerza, su mirada fija en la carretera. Al llegar a casa, apenas he cerrado la puerta cuando siento el primer golpe.

Un verano contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora