𝟎𝟑|| 𝐍𝐎 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐈́𝐎 𝐄𝐍 𝐓𝐈

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Isabella Windsor

Me encontraba caminando por los pasillos de Maxton Hall junto con Kieran, las chicas habían ido a hablar con el profesor Sutton por la carta de recomendación de Ruby y buscar una alternativa para obtener una carta nueva. El ambiente se sentía extraño y no me agradaba para nada.

—Espero te guste.— bosteza Kieran para después entregarme una caja de jugo de manzana.

—Gracias, que amable.— le doy una sonrisa pequeña y paso mi brazo por su hombro.

—De... nada.— responde algo sonrojado.

—Que tímido.— le digo y seguimos caminando por unos minutos hasta que me suelto de su hombro.

—Iré a buscar algo en la oficina, te alcanzo en el campo de lacrosse.— me comenta el de lentes, despidiéndose de mi.

—Si, allá nos vemos.— me despido alzando la mano y vuelvo a retomar mi camino hacia la salida trasera.

Al llegar casi a la salida, escucho como se abre una puerta a lado de mi y un jalón en mi brazo me hace soltar un pequeño chillido de sorpresa. Intento gritar pero una mano en mi boca me lo impide, alzo la mirada y lo primero que veo es a James con una mirada sombría, sus ojos recorren mi rostro y los detiene en mis ojos cafés, yo tampoco puedo dejar de ver sus ojos turquesas.

Es como una sensación extraña pero a la vez agradable, hipnotizante, diría yo. Su mirada baja hacia mis labios y desde luego a mis ojos, paso saliva ante la escena que está creando. Intento moverme pero tenerlo tan cerca y estando recargada en la pared lo hace imposible.

—Bien, renegociemos.— James rompe la burbuja de tensión, su mano baja hacia su bolsillo interior de su saco.

—¿Estás bromeando?— entrecierro mis ojos y me hago a un lado para no estar atrapada en la pared.

—Todos tienen un precio Isabella, dime el tuyo y estaremos "más que bien".— saca de su bolsillo un fajo de billetes.

—¡Por dios! Eres tan patético, Beaufort.— le digo con molestia en mi voz, mantengo mis brazos cruzados.

—Si no quieres dinero, ¿entonces qué quieres de mi familia?— se acerca a mi pero doy un paso hacia el frente para detenerlo.

—¡No quiero nada de ustedes! —alzo un poco el tono y me tapo la boca de la impresión por el volumen de mi voz, no quiero que nadie me vea con él.— Solo déjenme en paz, eso te pido.

—¿En verdad no quieres dinero?— responde incrédulo y solo me dan ganas de darle un puñetazo por lo patético que se escucha.

—¡No lo quiero!— se lo vuelvo a repetir.

James no dice nada, se me queda mirando por unos segundos y sus ojos bajan por todo mi rostro hasta el cuello como si intentara averiguar mis intenciones.

—¡Mis ojos están aquí!— trueno los dedos al ver que está mirando más abajo de mi cuello.

James se despabila y me mira fijamente, los rasgos de su rostro reflejan algo diferente. Él se aleja un poco de mí y mira hacia ambos lados del pasillo.

—¿Dónde quieres que hagamos eso?— suelta de repente.

—¿Qué carajos dices?— frunzo las cejas ante lo que dijo.

—¿Dónde quieres que estemos con más privacidad?, ¿haces mucho ruido? Si es así, podemos ir a otro salón para que no nos escuchen.

—Eres un estúpido.— alzo mi mano para darle una cachetada al entender a lo que se refiere.

𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐫𝐨𝐩𝐡𝐞𝐜𝐲 - 𝐉𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐁𝐞𝐚𝐮𝐟𝐨𝐫𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora