𝟎𝟓|| 𝐆𝐈𝐑𝐎 𝐈𝐍𝐄𝐒𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎

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Narradora

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Narradora

La fiesta estaba yendo excelente, cuando de repente se apaga la luz y la música se detiene. Isabella abrió los ojos confundida, rápidamente sacó el teléfono de su bolso para alumbrar un poco y acercarse a Ruby. Ambas no tenían idea de lo que acababa de pasar.

—De seguro fue un fallo en la caja de corriente de energía.— mencionó Isabella, observando a todos lados.

—Iré a revisar, quédate aquí.— pidió Ruby un poco apresurada y estresada.

Un murmullo de descontento se extiende por la sala y resuena en la cabeza de Isabella como un eco. La fiesta debería seguir yendo de maravilla, incluso si falla un generador.

—¿No arreglarán la luz?— habló un invitado con algo de indignación en su voz.

—En unos momentos regresará, no sé preocupe.— le contestó Isabella, apenada.

Y como si fuese una adivina, la luz regresa. Isabella suspira aliviada pero no todo era calma, pues al encender las luces observa como un grupo de personas algo extrañas están en el centro de la pista vistiendo trajes no adecuados para la gala.

—¿Qué carajos?— espetó la castaña con molestia.

De repente el ambiente de la sala se convirtió en otro totalmente distinto al de dos minutos antes. Dejó de ser divertido y refinado para volverse sucio y grosero.

—Amigos —se oyó la voz del DJ—, según acaban de anunciarme, hoy tenemos reservada una sorpresa muy especial para todos ustedes. ¿Están preparados? ¡Que se diviertan!

—¡No puede ser!— musitó Isabella, viendo a todos lados hasta que su mirada recayó con la de James Beaufort, él también la estaba observando.

—Espero y disfrutes del espectáculo, Windsor.— pensó James, alzando su copa y mostrándole una sonrisa de indiferencia.

Por su parte, Isabella ató cabos y pudo deducir que el culpable de todo el show, fue James. Su semblante de amabilidad cambió completamente, ahora estaba muy molesta e indignada con él y no tendría alguna pizca de culpabilidad al contar el secreto de su familia.

—No sabes cuánto te detesto, Beaufort.— murmuró, apretando con fuerza sus manos pero sin perder la compostura.

Ella no quería parecer una lunática por su comportamiento de molestia e ira, así que soltó un suspiro de cansancio y mantuvo la calma.

Dirigió su mirada hacia la pista de baile, dónde observó a Ruby atrapada por un bailarín en medio de la pista, pensó en ir hacia ella para ayudar a calmar todo el alboroto pero su vista igual se dirigió hacia James.

James Beaufort estaba apoyado en un extremo de la sala contemplando el espectáculo. Sosteniendo un vaso con un líquido ámbar en la mano y la expresión de su rostro era cercana a la felicidad. Sus miradas se cruzaron. Él levanta sonriendo el vaso y brinda en el aire, de nuevo.

𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐫𝐨𝐩𝐡𝐞𝐜𝐲 - 𝐉𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐁𝐞𝐚𝐮𝐟𝐨𝐫𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora