Cronología: x792 (Algún punto antes de la misión de los 100 años y la premiación de Lucy)
"Los ojos no saben mentir, los labios no saben callar y el corazón no parara de latir"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Recibir una misión que solicitara a magos en específico no era algo nuevo para el gremio de las hadas, aunque esta misión en particular no parecía ser interesante para el resto, no era igual con Mirajane, había esperado años por esto y no podía esconder su emoción.
-¡Volvimos!- escucho frente a ella.
Sonrió amablemente, los protagonistas de la historia en su mente habían llegado, pero parecían algo disgustados, de ninguna manera, ella iba vivir el sueño aunque tuviera que amarrarlos a ese tren.
-Parece que tienes una buena noticia Mira-chan- le comento el mago de hielo, quien obviamente ya se encontraba sin la mitad de su vestimenta.
-Así es~- canturreo con una ligera risita - ¡Natsu, Lucy!- les llamo sin borrar su sonrisa.
Los nombrados dejaron de lado su "discusión", y prestaron atención al llamado de la albina, quien desde la barra agitaba una hoja de papel, manteniendo una extraña sonrisa en sus labios, cosa que sin saber porque hizo que ambos sintieran un ligero escalofrió.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¡Star dress: Forma de Virgo!-.
-¡Star dress: Forma de Cáncer!-.
-¡Star dress: Forma de Capricornio!-.
El grito de las combinaciones mágicas de Lucy era lo único que podía escucharse en esa parte del bosque, fuera de lo que Mirajane creía que pasaría, la misión había resultado ser más difícil de lo que parecía.
La misión consistía en eliminar unos demonios que no dejaban de aparecer en un pueblo, más que estrategia, ellos fueron convocados por mero placer del cliente, el señor Daki jefe del pueblo, era un gran fan del gremio, pero mayor aun de las "parejas" del gremio.
Aunque ambos trataron de explicarle su relación, el solo quería que ellos trabajaran juntos, cosa muy difícil en ese momento pues ambos magos se encontraban disgustados el uno con el otro, Lucy quería matar a Natsu y viceversa.
Pero una misión es una misión, ya la habían aceptado y no podían hacer más, al entrar al bosque los demonios empezaron aparecer uno tras otro y antes de darse cuenta, ambos magos fueron separados el uno del otro, terminando así, Lucy en el norte del bosque y Natsu al oeste.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al otro lado del bosque muy lejos de la rubia, el peli rosa se encontraba desesperado, por más que atacaba esas cosas parecían solo volverse más fuertes, lo peor de todo hacía ya mucho que había dejado de poder sentir el aroma de Lucy, al principio lo dejo ser, estaban enojados y lo mejor era no estar juntos, antes que se distrajeran con su discusión. Pero ya estaba casi anocheciendo y no resistía estar sin saber de ella, la desesperación lo estaba matando.
-¡Natsu, agáchate!- gritaron.
Como si de la luz en medio de la oscuridad se tratara, la dueña de su desesperación apareció frente a él, vestida con el Star dress de Acuario, Lucy apareció saltando sobre los árboles y atacando con su "Acua metria" a uno de los demonios, trayéndole una extraña calma a su corazón.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Puede que parte del bosque estuviera destruido, pero al menos la misión estaba completa y ellos vivos. Eso pensaba el peli rosa mientras volvía al pueblo con la rubia dormida en su espalda.
Una sonrisa se formó en sus labios al mirar por encima de su hombro a la rubia, por alguna razón la batalla le recordó la primera vez que conoció a la rubia, su cálida voz apareciendo de la nada, su olor que le brindaba una sensación de comodidad.
Recordó la razón por la que la amaba, como sin importar cuanto tiempo pasaba, ella lo seguía sorprendiendo como lo hizo la primera vez, su ser tan impredecible, tan amable y comprensible, que sin importar cuanto desastre el hiciera, ella seguía sonriendo en comprensión, siguiéndolo y confiando en el sin importar que.
Como la primera vez que la conoció, no sabían nada el uno del otro, pero como si hubieran llevado toda la vida juntos, confiaron en el otro y tuvieron fe, sin importar que, sin dudar nada, fue la primera vez que se vieron, pero se acoplaron tan bien, que se formó un lazo entre ellos de inmediato.
No solo eso, la confianza y comodidad que había en su relación, permanecía aun en momentos de disgustos, aun cuando discutían y decían detestarse, aun cuando decían que no volverían a acercarse al otro, volvían a estar juntos, como si nada hubiera pasado, con la misma comodidad de la primera vez.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
