Cronología: x792 (Luego de la batalla contra el Imperio Álvarez)
"Cuando pase algo bueno, hay que beber para celebrar. Cuando pase algo malo, hay que beber para olvidar. Y cuando no pase nada, hay que beber para que pase algo.
-Charles Bukowski."
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Para las personas de magnolia era bastante normal que el gremio de las hadas se mantuviera de fiesta en fiesta, aunque después de la última batalla esperaban que la reparación de su gremio retrasará sus celebraciones, pero ni siquiera había pasado una semana y ellos ya habían estado en fiesta durante tres días enteros.
Después de terminar la guerra, la mayoría había vuelto a las ruinas de lo que alguna vez fueron sus hogares, pero gracias al apoyo del rey casi toda la ciudad había sido restaurada casi inmediatamente. Aun así el edificio de las hadas se mantuvo sin cambios, el maestro había rechazado la ayuda del rey, por lo que estaba totalmente cubierto con lonas blancas, pensaron que era porque lo estaban reconstruyendo.
No fue hasta tres días después de la guerra que notaron que en realidad, los magos se habían mantenido de fiesta en fiesta, desde que la guerra termino, lo único que curaron fueron sus heridas, pero incluso algunos estando con vendas se mantenían bebiendo y disfrutando.
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Dentro del gremio el ambiente era de fiesta los miembros bebían y bailaban con alegría, ninguno se contenía todos disfrutaban sin excepciones.
-¡Vamos, vamos esto apenas inicia, sigamos bebiendo!- animaba la joven castaña.
-¡Cana-chan bebe con tu padre!- gritaba desde una mesa el más fuerte del gremio.
-Dios deberían contenerse un poco, ya pasaron más de tres días- se quejaba apoyada en la barra -Lu, ¿Cómo te sientes, no has hablado desde hace rato?- pregunto a la rubia que se encontraba desplomada a su lado.
-Levy, creo que ella ya se rindió ~- comento con una ligera risa la mayor de los Strauss.
En la barra se encontraban la mayoría de las magas reunidas en grupo, todas platicando y riendo con la mayor de los Strauss, eran pocas las que habían sucumbido al alcohol, entre ellas la maga celestial, aunque las otras no estaban mejor cada una empezaba a llegar a su límite, la única que se mantenía consciente era la peli azul, Levy a diferencia de las otras se había abstenido de beber como los demás.
Aun así, disfrutaba de las ocurrencias que sus compañeros hacían y decían estando ebrios, la mayoría estaban ebrios y no sabían lo que estaban haciendo, le divertía como sus actitudes habían cambiado de repente.
-¡Cuidado!- gritaron.
No entendió que paso, pero de un momento a otro el gremio entero empezó una de sus peleas, pero esta vez no se estaban conteniendo seguramente por los efectos de beber alcohol durante varios días seguidos, mejor se retiraba antes de que las cosas se pusieran peor.
-Lu despierta- llamo -debemos irnos esto se esta saliendo de control- continuo.
-mmm Levy~- respondió con una voz cansada.
Mientras la peli azul guiaba a la rubia a la salida, evitaban las sillas y ataques que sus compañeros lanzaban, estaban a punto de salir cuando un ataque de Juvia hizo deslizar y caer a Levy, dejando a una Lucy tambaleante y media dormida como blanco de otro ataque.
-¡Lucy!- grito la maga al notar el ataque que iba dirigido a su amiga.
Pero antes de que el ataque se acercara a la rubia una llamarada la detuvo eliminándola, Levy giro la mirada notando a un ebrio y tambaleante Natsu caminando hacia ellas.
-Levy ve a casa, yo me encargo de Lucy~- comento arrastrando las palabras.
Levy sacudió su vestido y observo como aun estando ebrio el peli rosa cargaba a la rubia y ambos salían del gremio.
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-El mundo da vueltas, vueltas, vueltas~- murmura feliz la rubia.
-Es increíble que no estuvieras cariñosa, ¿Cuánto bebiste?~- hablo de la misma manera.
-poquito, poquito~- susurro apretando el agarre en el cuello del peli rosa.
El peli rosa volteo a mirarla se había vuelto a dormir, soltó una ligera risa y continuo el camino hacia el hogar de la rubia.
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-¿Llegamos?~- pregunto sentándose en el borde de la cama.
-Sí, ya llegamos, ahora estas a salvo y puedes dormir tranquila~- susurro abrazándose a la rubia.
Sucumbiendo al cansancio y al alcohol, la rubia se acostó y también se abrazó a su compañero, así después de días ambos descansaron de tanto ajetreo.
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