A L B O R D E D E S E R O N O S E R
Estábamos entrando al mes de agosto, durante este tiempo había podido aprender varias cosas con respecto a cómo era Jeff y como le gustaban las cosas, era un hombre practico pero de preferencias estrictas.
Sus pijamas estaban organizadas por días de la semana, los lunes era de color azul, martes purpura, miércoles vino, jueves negro, viernes blanco, sábado gris y domingo verdes, los colores y diseños no cambiaban y mucho menos los días de cada uno, siempre debían ser esos en ese orden en concreto, además de eso había aprendido sobre sus hábitos, a pesar de que en realidad no convivíamos mucho, debía tener una jarra de agua templada en la mesa derecha de su cama y las sábanas se cambiaban de manera religiosa cada lunes, miércoles y viernes sin falta.
Llegaba a su casa cuando muy tarde a las dos de la mañana, caminaba directo a su habitación y yo tenía que subir exactamente a los 15 minutos como máximo, tocaba dos veces la puerta, esperaba y de nuevo dos toques y entraba, me acomodaba en el sillón que estaba justo a un lado de su cama y esperaba hasta que él me preguntara como estuvo mi día.
Siempre me pedía platicarle cosas sobre mí, le decía sobre los clientes difíciles del restaurante o le platicaba un poco sobre mi vida de más chico, no me preguntaba nada, solo me escuchaba, solía quedarse dormido a los pocos minutos, pero yo debía esperar a las cuatro de la mañana, si para esa hora el aún seguía dormido me podía ir a mi departamento, antes de eso tenía que quedarme ya que en una ocasión me hizo regresar por que se había despertado al poco tiempo de que me fui.
Si las cosas marchaban bien podía llegar a casa alrededor de las 4:40 o así, lo cual era bueno por que dormía hasta tarde y salía de casa a las 2:00 pm para ir al restaurante a mi turno, dentro de todo las cosas iban bien.
Suspire y mire la hora en mi reloj, eran casi las tres de la mañana, era curioso que Jeff llegara tarde, solía ser alguien muy puntual con sus tiempos así que era extraño que estuviera llegando tan tarde, me puse de pie y mire por la ventana un poco, estaba muy oscuro fuera, en realidad no solía salir mucho de la casa, solo estaba en la biblioteca porque era un lugar agradable y me gustaba mucho leer libros.
Coloque el separador en el libro y lo deje sobre el mueble donde me ponía a leer, tome mi celular para ver algo en youtube cuando la puerta de la biblioteca se abrió sorprendiéndome un poco.
--- buenas noches, el señor ha llegado, le pide subir a verlo ahora mismo --- el guardaespaldas solo volvió a cerrar la puerta dejándome algo aturdido por la repentina petición
Rápidamente me puse de pie y camine algo apresurado, subí las escaleras y vi algo más de movimiento que de costumbre, algo dudoso continue subiendo, los guardaespaldas y las sirvientas me esquivaban de un lado a otro pero nadie parecía interesado en impedirme subir a ver al señor, algo temeroso me acerque a la puerta y toque tres veces.
--- adelante --- era él, algo nervioso abrí la puerta y me adentré a la habitación
--- buenas noches --- dije nervioso, camine a la silla y espere paciente a que Jeff se acercara
--- pensé estarías descansado, pero estabas en la biblioteca --- dijo dejándose caer en la cama, solo me acomode mejor en la silla, era grande y amplia por lo que podía subir mis pies y estaría cómodo
--- tiene más libros de los que podía imaginar --- conteste --- me gusta leer así que eso suelo hacer para esperarlo
--- ¿Qué estas leyendo? --- pregunto curioso
--- orgullo y prejuicio, es muy buena historia --- conteste emocionado --- de esa misma autora leí primero sensatez y sentimiento
--- nada mal para iniciar --- contesto, se giró y me miro levemente --- ¿Cuándo vas a volver a ir al doctor para tu cara y mano?
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Baila para mí.
Novela JuvenilBailar, servir, sonreír, fingir, todo en un ciclo sin fin, estaba atrapado, ahogándome en mis propias angustias y problemas, solo deseando poder salir como fuera, hasta que lo conocí. Imponente, fuerte, serio y sobre todo un jodido peligro, nada me...