PRÓLOGO

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Una mañana en la UA, Izuku Midoriya salía apresuradamente del dormitorio hacia su salón de clases, corriendo a toda velocidad

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Una mañana en la UA, Izuku Midoriya salía apresuradamente del dormitorio hacia su salón de clases, corriendo a toda velocidad. El motivo: se había quedado dormido y sus amigos no lo habían despertado. Después de todo, aún no se recuperaba por completo de la hazaña contra Shigaraki Tomura.

De repente, algo hizo que Midoriya detuviera su andar. En su camino se encontró con una pequeña niña, lo cual le pareció extraño considerando que los civiles habían abandonado las instalaciones de la UA tras la reconstrucción de la ciudad. Antes de que Midoriya pudiera reaccionar, la niña corrió hacia él y con voz entrecortada preguntó:

- Señor, ¿puede ayudarme? Creo que estoy perdida.

Nuestro protagonista, aún algo confundido por la presencia de la niña, asintió con la cabeza mientras observaba detenidamente su apariencia. Su cabello era ondulado y de un tono verde azulado, sus ojos grandes y expresivos de un verde brillante. A pesar de su aparente corta edad, la niña era notablemente alta.

- ¿Sabes cómo llegaste hasta aquí? -preguntó Midoriya, tratando de entender la situación.

Ante la pregunta del peliverde, la niña simplemente negó con la cabeza. Si bien Midoriya sabía que estaba muy retrasado, también sentía la necesidad de ayudar a la niña. Decidió llevarla consigo a las instalaciones, donde podrían brindarle asistencia.

-Por cierto, ¿cuál es tu nombre? -preguntó Midoriya con una sonrisa.

-¡Olvidé presentarme! -se alteró la niña con vergüenza-. Mucho gusto, mi nombre es Inemi Midoriya.

Midoriya se detuvo abruptamente al escuchar el apellido de la niña. Estaba confundido, ya que nunca había conocido a otra persona ajena a su familia que llevara el apellido "Midoriya".

-Mi nombre es especial porque mis padres lo eligieron combinando los nombres de mi abuela y mi mamá -explicó Inemi, notando la confusión de Midoriya.

-¿En serio? ¿Cómo es eso? - preguntó Midoriya, intrigado.

-El primer kanji, "Ine", significa "arroz" o "cosecha", como el nombre de mi abuela.

- Me parece un nombre hermoso. Tiene similitud con el de mi madre, ¿Y el segundo kanji?

-El segundo significa "cima". Este kanji representa la fuerza. Mis padres pensaron que también representa el espíritu de mi mamá -Inemi bajó la mirada- Ella siempre está llena de energía y nunca se rinde. Es mi inspiración.

Midoriya notó la tristeza en la expresión de la niña, así que la tomó en brazos y se apresuró. Su objetivo era reunir a la niña con sus padres lo más pronto posible, además de no llegar tarde a la clase de su profesor.

En el salón del 2-A de la Academia U.A. zumbaba de actividad cuando el profesor Aizawa entró con su típica expresión sombría. Notó de inmediato la ausencia de Midoriya y preguntó a los estudiantes, quienes le informaron que habían intentado despertarlo sin éxito. A punto de salir en busca del joven héroe, Aizawa abrió la puerta y se encontró con una sorpresa.

-Finalmente apareces, Midoriya - murmuró Aizawa con su tono característicamente serio. -¿Y quién es esta niña?

Las palabras del profesor despertaron la curiosidad de la clase, que se levantó de sus asientos para ver quién acompañaba a su compañero.

-No lo sé, profesor -respondió Midoriya con una sonrisa cansada. - La encontré de camino aquí.

Mientras Midoriya se sentaba para recuperar el aliento, Inemi, nerviosa por las miradas de todos, hizo una reverencia y se presentó.

-¡Mucho gusto, soy Inemi Midoriya!

El apellido de la niña causó un revuelo inmediato entre los presentes.

- ¡¿Midoriya?! -exclamó Mina con emoción.

- ¿Se apellida igual que Deku? - preguntó Bakugo con incredulidad. - ¿Cuál es la probabilidad de eso?

La clase no dejaba de murmurar sobre el apellido de Inemi, lo que la hizo sentir incómoda. El presidente de la clase, Tenya Iida, intervino rápidamente para calmar la situación.

Aizawa, viendo la incomodidad de la niña, tomó su mano y pidió a todos que se sentaran y esperaran mientras él resolvía la situación.

Mientras caminaban por el pasillo, Inemi se detuvo frente a un gran mural, donde reconoció el rostro de su madre. Aizawa notó su expresión y le preguntó qué veía.

- A mamá - respondió Inemi mientras señalaba a una figura en particular en el mural.

- A mamá - respondió Inemi mientras señalaba a una figura en particular en el mural

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FIN DEL PRÓLOGO

¡LA NIÑA QUE VINO DEL FUTURO! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora