CAPITULO I

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El mural en honor a las estudiantes que lucharon valientemente contra Shigaraki Tomura dominaba los pasillos de la Academia U

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El mural en honor a las estudiantes que lucharon valientemente contra Shigaraki Tomura dominaba los pasillos de la Academia U.A. Aunque la figura que Inemi había señalado no era visible para Aizawa, el recuerdo de su madre resonaba en su mente con cada paso que daba junto al profesor. Un sentimiento urgente la embargaba, llevándola a detenerse abruptamente y soltarse suavemente de la mano de Aizawa.

—Quiero estar con ella de nuevo —murmuró para sí misma, antes de agachar la mirada.

Aizawa llevó a Inemi directamente a la oficina del director Nezu, donde puso al tanto de la situación al director.

—Entiendo, Aizawa. Voy a llamar a alguien que pueda venir a buscarla —dijo Nezu con su habitual voz serena, mientras tomaba asiento.

El profesor Aizawa se retiró de la oficina, dejando a Nezu y a la pequeña Inemi solos.

—Pero primero, necesito que me des más detalles sobre tus padres, para dar con ellos lo más pronto posible.

Inemi, con los ojos llenos de lágrimas contenidas, trató de recordar.

—Mi madre es una gran heroína. Su nombre es Nejire Hado. Es muy fuerte y siempre está llena de energía -dijo Inemi, pero al intentar recordar a su padre, su mente se nublaba— Pero... no puedo recordar a mi papá o algo más. Es como si su rostro se desvaneciera cuando trato de pensar en él.

Nezu frunció el ceño, desconcertado por la revelación.

—¿Dijiste Nejire Hado?— preguntó, claramente sorprendido.

—Sí, es mi mamá, ¿ La conoce? —pregunto Inemi.

Nezu asintió lentamente, tratando de procesar la información.

—Espera aquí un momento, Inemi. Voy a hacer una llamada— dijo Nezu, saliendo de la oficina con pasos rápidos.

Mientras la puerta se cerraba detrás de él, Inemi se sintió consumida por la ansiedad. Sabía que debía esperar, pero la urgencia de encontrar a su madre la impulsó a actuar. Con manos temblorosas, comenzó a revisar los cajones del escritorio de Nezu, debatiéndose internamente sobre la ética de su comportamiento.

—¿Esto está bien?—murmuró para sí misma, cuando de repente encontró una carpeta etiquetada "Listas de Graduados y Datos".

—Esto podría ayudarme —susurró, abriendo la carpeta con manos temblorosas.

La lista detallada de graduados y sus datos se desplegó ante ella. Inemi buscó frenéticamente, con la esperanza de encontrar algún indicio que pudiera llevarla a su madre.

En otra parte de Japón, la recién graduada Nejire Hado regresaba de una misión de rescate que la había dejado desgastada, física y mentalmente. Aunque Shigaraki había muerto, aún había gente dispuesta a violar la ley.

—Hasta mañana, chicos —dijo Nejire, despidiéndose de los integrantes de la agencia de su maestra.

La peliazul, ajena a los acontecimientos en la UA, se dirigió a su departamento en la ciudad de Musutafu, sin saber lo que le esperaba.

¡LA NIÑA QUE VINO DEL FUTURO! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora