Cambio Mental

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Cambio mental.
                Capítulo dos.

                                               Capítulo 2.

La cuenta regresiva había comenzado, 2 minutos para que el planeta tierra se infecté de crisis, epidermias, infecciones, enfermedades, todo tipo de locura causada por un solo hombre capaz de lograr que el planeta quede deshabilitado.

Mientras, Emma, sigue huyendo de los productores que no se han cansado de seguirla. En una hora a llegado alcanzar a Europa luego de desarrollar vuelo. Cada vez la nueva creación de la CCEN (Compañía de Ciencias y Estudios Naturales) iba desarrollando más poder, todo con tal de cumplir un objetivo.

Los dos minutos han pasado, habriendo paso a lo que pasaría a ser la crisis mundial más grande que a existido. Emma, la cual habia emprendido su vuelo se vio cuesta a bajo, gracias a un dolor cerca de la costilla que la hizo caer, iba de caída a más de 100.000 pies, impactando en el suelo donde un estallido dejo un agujero enorme en las carreteras de Londres, aunque el dolor fue mínimo para ella, quedo arrodillada sufriendo por el dolor al lado de su abdomen, y algo en su mente chispio, redirigiendo sus planes.

Ahora su objetivo era otro:

Salvar a la humanidad.

Se levantó derecha y con una mirada seria voltió su cabeza casi por completo, viendo a los espectadores de su caída pero sólo siguio caminando. Y así siguió, sin apuros, camino por más o menos una hora.

Repentinamente sus pasos se detuvieron, mirando al cielo, logrando que un dolor de cabeza la hiciera caer desmayada, aunque pocos minutos luego, se paro confusa.

La antigua Emma habia vuelto.

Sólo que ahora con una mentalidad muy diferente, con todos los planes que tenia ya reiterados para salvar a la actual humanidad, siendo capaz de lo que sea. Aunque su meta era clara.

Sonrió con malicia cuando visualizó la alcaldia de la ahora Inglaterra, y una función nueva nació, ahora su físico habia cambiado a uno muy diferente, muy parecido a la de una política multimillonaria que podría influenciar sobre ellos.

Con ahora una falda hasta las rodillas y camisa blanca, Emma resonó sus tacones entrando al lugar, encontrándose con una secretaria.

—Buenos días, necesito comunicarme con el alcande, es de suma importancia. —habló con vos calma arreglando su ahora rubio cabello.

La secretaria tecleo unos números en el celular que recidía a su lado, intercambiando algunas palabras con alguien por el mismo, para luego dirigirse a Emma.

—Nombre, por favor.

—Lisa Clarks. —el cambio de nombre logro que la secretaria la dejara pasar a la puerta 96.

Como todo el papel de profesional que se habia creado, la puerta fue tocada con sus blancas manos y un adelante logro que se adentrará en aquella aula con una decoración predecible.

El escritorio estaba repleto de documentos, y los sillones caros como los de típicos políticos ladrones.

Sin necesitar invitación, se sentó en el asiento que estaba frente al escritorio, dividiendo al alcalde y a ella.

—Es muy raro que venga sin previa cita. —habló reconociendo a la mujer que se habia transformado Emma—. Sin embargo es muy bonito verla por aca, srta. Clarks.

—Sin embargo, vine por algo de suma emergencia y prioridad, señor. Es un comunicado desde los Estados Unidos.

—¿A sí? Pues si tan importante es, ¿Por que no hablas personalmente con el presidente? —preguntó curioso, levantándose de su asiento caminando a su alrededor.

—Ambos sabemos que no soy la indicada, acabo de llegar de un viaje que tuve hacia aquellos lares, y la CCEN a exparcido unas cuantas enfermedades a nivel mundial.

—No habia escuchado sobre eso, srta. Clarks, y es algo extraño eso.

—La alerta roja sonará a nivel mundial dentro de poco, eso sucedió hace casi dos horas, y sólo quiero que usted comunique al presidente antes, sólo eso, que pase buenos días. —se levantó, y sin esperar respuesta, se marchó del lugar.

Power© [#Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora