Mariana abrió lentamente los ojos, ajustándose a la luz tenue del amanecer que se filtraba por la ventana. Aún se sentía aturdida después de la extraña experiencia de la noche anterior. ¿Realmente había viajado a otro mundo? Miró a su alrededor, observando con detenimiento la habitación en la que se encontraba.Todo parecía tan real, tan vívido. Las paredes de piedra, los muebles tallados con delicadeza, las cortinas sencillas pero elegantes... No podía ser solo un sueño. Mariana se incorporó lentamente, sintiendo una punzada de dolor en la cabeza. Se llevó la mano a la frente, cerrando los ojos con fuerza mientras intentaba recordar los últimos acontecimientos.
Poco a poco, los recuerdos fueron regresando a ella. El sendero en el bosque, la extraña luz que la envolvió, el paisaje desconocido al otro lado... Todo parecía tan irreal, y sin embargo, aquí estaba, en una habitación que claramente no pertenecía a su mundo.
Decidida a encontrar respuestas, Mariana se levantó de la cama y se acercó a la ventana. Al asomarse, contuvo la respiración. Frente a ella se extendía un panorama impresionante, con montañas majestuosas cubiertas de nieve a lo lejos y un cielo de un azul profundo y deslumbrante. El paisaje era hermoso, pero también intimidante. No reconocía nada de lo que veía.
Era un mundo completamente diferente al suyo, y Mariana sintió una mezcla de asombro y temor recorrer su cuerpo. ¿Cómo había llegado aquí? ¿Dónde estaba exactamente? Y lo más importante, ¿cómo podría volver a casa?
Decidida a descubrir la verdad, Mariana se vistió rápidamente con la ropa que había sobre una silla, notando que no era la misma que llevaba puesta la noche anterior. Salió de la habitación, maravillada por los detalles de la arquitectura y la decoración. Todo parecía hecho a mano, con una gran atención a los detalles.
Caminando por los pasillos, Mariana se encontró con varias puertas cerradas. Decidió explorar un poco más y llegó a una gran sala con altos techos abovedados. Allí vio una enorme chimenea de piedra y varios sillones y mesas. Era evidente que se trataba de una especie de salón o sala común.
Mariana se acercó a una de las ventanas y miró hacia afuera, admirando una vez más el paisaje. Parecía estar en una especie de fortaleza o castillo, rodeado de montañas. ¿Dónde diablos estaba?
Mientras reflexionaba sobre su situación, oyó unos pasos acercándose. Se giró rápidamente, preguntándose quién más habitaría este enigmático lugar.Aquí está el capítulo 3 de tu novela "Mundo" con el nombre cambiado a Mariana:
Mariana abrió lentamente los ojos, ajustándose a la luz tenue del amanecer que se filtraba por la ventana. Aún se sentía aturdida después de la extraña experiencia de la noche anterior. ¿Realmente había viajado a otro mundo? Miró a su alrededor, observando con detenimiento la habitación en la que se encontraba.
Todo parecía tan real, tan vívido. Las paredes de piedra, los muebles tallados con delicadeza, las cortinas sencillas pero elegantes... No podía ser solo un sueño. Mariana se incorporó lentamente, sintiendo una punzada de dolor en la cabeza. Se llevó la mano a la frente, cerrando los ojos con fuerza mientras intentaba recordar los últimos acontecimientos.
Poco a poco, los recuerdos fueron regresando a ella. El sendero en el bosque, la extraña luz que la envolvió, el paisaje desconocido al otro lado... Todo parecía tan irreal, y sin embargo, aquí estaba, en una habitación que claramente no pertenecía a su mundo.
Decidida a encontrar respuestas, Mariana se levantó de la cama y se acercó a la ventana. Al asomarse, contuvo la respiración. Frente a ella se extendía un panorama impresionante, con montañas majestuosas cubiertas de nieve a lo lejos y un cielo de un azul profundo y deslumbrante.
Era un mundo completamente diferente al suyo, y Mariana sintió una mezcla de asombro y temor recorrer su cuerpo. ¿Cómo había llegado aquí? ¿Dónde estaba exactamente? Y lo más importante, ¿cómo podría volver a casa?
Decidida a descubrir la verdad, Mariana se vistió rápidamente y salió de la habitación, dispuesta a explorar este nuevo y misterioso mundo en el que había despertado.
