Beneath the Shadows

CAPÍTULO IV: EL RENACUAJO

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Un día nuevo en Hawkins, hoy era mi primer día de trabajo como niñera. Desperté y me aliste para ir a casa de Dustin Henderson, no tenía ni idea de que tenía que hacer o cuánto me iban a pagar por cuidar a aquel chico.

Salí de mi cuarto para despedirme de Max y Billy, al parecer Billy dejaría a Max en el arcade y después Billy iría de cita de nuevo con Rebeca.

Salí de mi casa, me dirigí en donde se encontraba la casa de Dustin. Al llegar me percaté que la puerta estaba abierta, por un momento pensé que la dejaron así para poder entrar a casa.

—¿Hola?...soy Leila la niñera.— dije mientras abría la puerta cuidadosamente, al estar dentro pude observar pedazos de jamón en el piso creando una especie de camino.—¿Dustin? Si esto es una broma puedes parar en este momento.— seguí el camino de jamón cuando sentí como alguien jaló de mi brazo.

—¿Qué haces aquí? Vete ahora.— Dustin susurraba pero eso no era lo más raro, llevaba una especie de casco, un chaleco, unas almohadillas en las piernas y un palo de hockey.

— Primero que nada ¿Qué mierda llevas puesto? Y segundo no me iré este es mi trabajo.— contesté susurrando. Dustin se asomó por su puerta para después voltearme a ver aún más nervioso.

—Mierda, mierda.— Dustin parecía entrar en pánico cuando jaló de mi brazo.—Corre y no hagas preguntas.— Seguí a Dustin hasta el jardín de su casa en donde había una pequeña casa de madera en donde guardaba herramientas.

—¿Dustin que pasa? ¿Acaso es algún tipo de juegos raros que hacen tú y tus amigos?.—

—SHHHHH.— Dustin se asomaba por un pequeño hueco que formaban las manaderas viejas así que decidí acercarme. A lo lejos salía de su casa una especie de perro sin pelo comiendo el jamón que había dejado Dustin previamente en el suelo.

Observé con curiosidad a esa extraña criatura sin pelo acercarse hacia un pequeño sótano que se encontraba enfrente de la casita de madera, de un momento a otro por accidente me tropecé con una lata vieja en el piso.

Dustin me observó y se apoyó contra la madera maldiciendo como si algo malo fuera a pasar. En un abrir y cerrar de ojos Dustin salió corriendo a toda velocidad hacia la criatura gritando para después golpear a aquel con el palo de hockey y cerrar las puertas de el sótano.

—¡Ayúdame!.— me gritó Dustin, corrí hacia las puertas para intentar ayudar.—las cadenas, las cadenas.— mientras recogía las cadenas del suelo observaba como la criatura golpeaba con fuerza las puertas en donde Dustin estaba recargado.

Rápidamente amarré las cadenas para asegurar las puertas del sótano y por fin Dustin pudo relajarse.

—Que mierda acaba de pasar, Dustin ¡habla!.— intentaba calmar mis respiraciones, me agite demasiado intentando ayudar a Dustin.—Por qué tienes a un perro sin pelo violento.—

—No es un perro.— pronunció Dustin.—acompañe y te explico en el camino, iremos por Mike.—

—¿Entonces un gato?... no es bastante grande para un gato pued-.—

—¡Leila, cállate!, solo sígueme.—seguí a Dustin, mientras caminábamos a casa de Mike recapacitaba lo que había pasado intentado dar sentido a que animal podría haber sido aquella criatura.

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