"𝐃𝐎 𝐈𝐓 𝐅𝐎𝐑 𝐌𝐄"

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Tom no lloraba con frecuencia

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Tom no lloraba con frecuencia. Aunque tenía emociones profundas, consideraba la tristeza una emoción débil; tal vez se inclinaba más hacia la melancolía.

Recordó la última vez en que había permitido que su corazón narcisista se dejara llevar por las emociones y que sus lágrimas recorrieran sus mejillas: hacía un año y siete meses que Tom no lloraba.

Rompió esa racha el día posterior a la cita que tuvo con Juliette.

Necesitaba llorar, necesitaba sentir un indicador de que sus sentimientos seguían vivos.

Le resultaba extremadamente difícil llorar, sus lágrimas no surgían fácilmente; era un impedimento de su propio ser.

Se había cuestionado innumerables veces cómo era posible que estuviera sintiendo algo por ella.

Era una duda constante, una lucha interna entre su deseo de permanecer imperturbable y su incapacidad para negar la atracción que sentía por Juliette.

Descifró que ella era una necesidad suya que estaba siendo satisfecha, por lo cual se le hacía una adicción.

Sentía que la necesitaba, la necesitaba para sentir algo.

Era una de las pocas conexiones humanas genuinas que Tom había formado.

A pesar de su naturaleza manipuladora y calculadora, había algo en Juliette que rompía sus barreras, que le hacía sentir vulnerabilidad y deseo.

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Dejó que el humo del cigarrillo quemara su garganta mientras lo inhalaba, sintiendo el ardor reconfortar su necesidad de nicotina.

Observó a un niño jugando con su madre y se preguntó cómo hubiera sido su vida si su madre siguiera viva, si hubiera tenido alguien que lo amara incondicionalmente.

-Juliette -le dijo a su amada, que se encontraba leyendo a su lado en el banco del parque en el que estaban.

-¿Sí, Tom? -le respondió, apartando la vista del libro para mirarlo a los ojos.

Tom la miró con detenimiento, admirando no solo su belleza física, que siempre lo había cautivado desde el momento que la vió en hogwarts, sino también su inteligencia y la manera en que compartía sus ambiciones.

Juliette tenía una gracia innata, una elegancia que combinaba perfectamente con su aguda mente y su fuerte carácter. Era esta combinación la que hacía que Tom se sintiera atraído hacia ella, más allá del simple deseo físico.

-¿Recuerdas lo que te mencioné sobre mi plan para ser... inmortal? -Las palabras frías y claras salieron de su boca, trayendo de nuevo el tema que tanto le interesaba a la francesa. Un tema que había surgido en sus conversaciones más íntimas, un plan que Tom tenía y en el que Juliette se interesaba.

Los ojos de la joven brillaron al escuchar la mención de ese tema salir de la boca de él. Se conocían hacía un mes y medio, y en este tiempo que habían estado saliendo, ya sabían cosas el uno del otro que solo le confiarían a alguien que conocían desde hacía mucho tiempo.

Pero su relación era diferente, ambos lo sabían. Ambos eran una bomba que podía explotar en cualquier momento, y al estar juntos se unían para formar una bomba más peligrosa.

Tenían este sentimiento mutuo de superioridad y, al estar juntos, nadie podría detenerlos, o al menos eso sentían ellos; era lo que necesitaban el uno para el otro.

-Claro que lo recuerdo. ¿Qué pasa con eso? -Observó cómo él le daba otra calada al cigarrillo antes de volver a hablar.

-Necesito que hagas algo por mí -dijo, mirándola con sus ojos manipuladores que podían convencer a cualquiera de hacer lo que fuese. Tom sabía que, aunque llevaban poco tiempo saliendo, sus trucos, que manejaba a la perfección, funcionarían con ella.

-Por supuesto. ¿Qué es lo que necesitas? -Curioseó Juliette mientras jugaba con la trenza en su cabello que Tom le había hecho antes de ir al parque.

El de alta figura se acercó más a ella, imponiendo su presencia, poniéndola tensa y frágil; manipulable, como él esperaba. Podía sentir su nerviosismo, su incertidumbre, y sabía que tenía el control en ese momento.

-Necesito que termines con la vida de alguien por mí. -Tom observó la reacción de la joven, que solo mostró un gesto de tranquilidad, para su sorpresa. -Sabes, para los horrocruxes de los que te he hablado, necesito... -Hizo una pausa, buscando la palabra correcta- el alma de una persona, y para esto necesito que hagas eso por mí. -Tom cuidó sus palabras al hablarle.

-Yo... no lo sé, Tom. -Contempló el rostro del hermoso ángel caído; sus expresiones le hacían pensar que era inútil si no lo hacía, que Tom la dejaría y que era débil a su lado.

Le dio la última calada al cigarrillo y lo apagó, esperando una segunda respuesta de parte de la francesa.

Juliette suspiró, pensando si sería prudente decirle que sí, si era justo traicionar sus principios por un hombre al cual admiraba. Se debatía entre el deseo de complacer a Tom y sus propios valores, era una lucha interna.

-Está bien, lo haré -le dijo, dedicándole una pequeña sonrisa de amabilidad a su compañero, una sonrisa que ocultaba su miedo y su incertidumbre.

-Gracias, muñeca -dijo Tom, besando la suave mano de la joven y volviendo a mirar a los niños en el parque.

Ella observó a Tom con una mezcla de admiración y temor, sabiendo que había cruzado una línea que no tenía retorno.

Tom, por su parte, sentía una satisfacción oscura; su plan avanzaba tal como lo había previsto, y Juliette se convertía en una pieza más en su búsqueda de la inmortalidad.

En el fondo, Tom se preguntaba hasta dónde podría llegar con Juliette a su lado, qué estaría dispuesta ella a hacer por él, y si ella sería capaz de seguirle el ritmo en su descenso hacia la oscuridad.

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⏰ Última actualización: Jul 06 ⏰

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𝐏𝐀𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 𝐀𝐍𝐃 𝐏𝐎𝐒𝐈𝐎𝐍 | 𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora