Cuatro chicos van en un auto modelo antiguo de solo dos puertas.
-Qué cursi, le vas a regalar una rosa.- opina el chico que está sentado del lado derecho en el asiento trasero.
-Solamente es para convencerla, así se acuesta conmigo de una buena vez.- dice el conductor.
-¿Y de dónde sacaste esa rosa?- Pregunta su acompañante de adelante.
-Me la robé del cementerio.- dice riendo.
-¡Te va a perseguir el espíritu!- se burlan sus acompañantes.
Todos ríen, es un sábado por la noche. Los cuatro jóvenes llegan a su destino, una fiesta de adolescentes. Diversión, música, tragos, drogas, humo, un ambiente "perfecto" para adolescentes entre 15 y 18 años.
El chico osado que robó la rosa invita su pareja a su auto, el cual está estacionado frente a un parque.
-Toma, la traje para ti.- dice tímidamente.
-Es hermosa.- dice la muchacha maravillada por el gesto.
-No tanto como tú.- la cortesía aumenta.Ella solo sonríe tímidamente.
-¿Qué te parece si vamos a los asientos de atrás, para estar más cómodos?- sonríe con amabilidad, la muchacha obedece; se siente feliz, sabe que va a ser su gran noche.
Los besos dan la entrada a la velada romántica, lentamente el empieza a acomodarla sobre los asientos, parte del cuerpo de él está sobre ella; la abrasa, acaricia y besa con suma delicadeza.
-Te amo.- dice ella con los ojitos llenos de ilusión.
-Yo también.- dice correspondiéndole un beso.
El amor de los adolescentes es algo puro, inconsciente e irresponsable.¡Un tic! Alarma a la joven.
-¿Qué fue eso?- pregunta, separándose y arruinando el momento.
-Debe ser un gato, sólo estamos tu y yo- trata de calmarla, él sólo quiere seguir.
-No sé, mejor...-
-Vamos honey, tú y yo lo queremos.-
-Sí pero...- sus labios son sellados por el beso del chico, su instinto femenino le indica que algo no anda bien, pero el deseo y la lujuria por parte de él la corrompen.
En el mismo auto, entre las sombras de los primeros asientos se encuentra el terror personificado, sonríe malévolamente. Habilidoso, logra cerrar con seguro ambas puertas las dos únicas salidas del auto. Despacio y sin apuros, de su estuche sacó un cuchillo, brillante y filoso, la luna reflejaba su brillo en este.
Colocó su dedo índice en la punta del arma, le dio ligeramente una vuelta al cuchillo su dedo sangro un par de gotas, lamió su herida y entre sus blancos dientes se veía la sangre correr. Miró a la chica la cual ya se encontraba sin su camisa rosa, tiró el cuchillo clavándoselo en el hombro, tan profunda fue su herida que logró clavar el cuchillo hasta en el asiento.
Ella gritó de dolor, sorprendido su novio quedó y antes que pudiesen reaccionar dos cuchillos yacían clavados en sus hombros de la misma manera como su novia.
-¡Auxilio!- gritaba la muchacha.
-¿Quién eres?- preguntó el joven, el cual estaba aterrado.
-Eso no importa, lo único que importa es que hayas aprendido la lección en esta vida, y que no vuelvas a comer el mismo error en la próxima- dice con mucha tranquilidad, mientras observa la escena de los adolescentes, sus miradas de terror lo excitan.
-Yo no he hecho nada malo...- dice el chico, temblando de pavor.
-Deberías saber, que así como nunca se le niega un plato de comida a alguien, nunca se le niega una rosa a una tumba, mucho menos se le debe usurpar.- sacó del asiento una botella de Coca-Cola de dos litros con un contenido extraño.
-¿Qué es eso? - pregunta aterrada la joven.
-Ya lo sabrás.- dice mientras los baña de este líquido.
-¡Gasolina!- grita el chico.
-Así es.- dice prendiendo su cigarrillo.
Ambos jóvenes empiezan a gritar con pavor, sus gargantas parecen arderles de tanto gritar.
-¡Sí!, ¡griten! - dice riendo su atacante.
-¡Yo no te he hecho nada!- dice la joven.
-Tú no has hecho nada, eso es verdad. Pero a veces se sacrifican inocentes, tú eres inocente del amor de este bastardo, lo lamento. Pero ya sabes para tu próxima vida que cosa no debes hacer.- dice con ironía, tirándole el humo en la cara.
-Eres un maldito psicópata, ¡déjanos ir!- grita con desesperación el joven.
-¿Psicópata, yo? - dice con ironía, mientras libera una carcajada de gozo.
Se acerca hasta donde está el chico inmóvil sentado en los asientos, con sus hombros clavados a los respaldares de estos.
Saca un cuarto cuchillo de sus prendas, con igual filo aunque un poco más corto que los otros.
-¡Te vas a quemar en el infierno!- esas fueron las ultima palabras del joven. El atacante tomó la boca del joven, se la abrió con fuerza al punto de que su mandíbula se descolocó, con su otra mano se encargó de cortarle la lengua.
Sangre y más sangre se derramaba sobre las prendas del aterrado joven, casi moribundo por el dolor.
-Vamos a ver quién se va a quemar ahora.- dice, cubriendo su rostro del líquido inflamable -¿Quieres probar de mi cigarrillo? - dice con sarcasmo, se lo colocó dentro de su garganta, en cuestión de segundos de su boca salía fuego, el chico movía sus piernas con desesperación, de sus ojos lagrimas salían. No cabía duda que su muerte ya estaba cerca.
La muchacha aterrada observaba con sus ojos bien abiertos, sin poder creer lo que veía.
La cara del atacante se giró hacia ella, se separó del cuerpo en llamas, el fuego estaba siguiendo su curso, la próxima en calcinarse sería ella.
-¡Piedad!- pidió, con lágrimas en los ojos.
-¿Quieres piedad?- preguntó el desconocido criminal.Ella asentó su cabeza positivamente.
Él desclavo su hombro del asiento, ella pensó que él la salvaría, pero todo cambió cuando él la tomo de la nuca y le corto el cuello en la parte de la yugular.
La chica, empezó a desesperarse y a desangrarse, lo miraba con terror y en sus ojos se reflejaba un ¿Por qué? Como signo de pregunta.
Como adivinándole la mirada él respondió:
-Fui piadoso contigo, te estoy dando una muerte rápida y no tan sufrida, mira a tu novio el aún esta con vida, él aún siente todo el dolor. - tomó la mano de la chica y la unió con la mano del joven en llamas, gracias a los guates del agresor este no se quemó, entre ellos colocó la rosa.
-Descansen en paz.- eso fue lo último que dijo él, se retiré del auto mirando atento como por dentro dos amantes se quemaban vivos, prendió otro cigarrillo. Un gatito blanco se le acercó.
-Miau - este le maulló, él le sonrió.
-Creo que tendré una nueva mascota - dice, atrapando al gatito entre sus manos, lo acarició y el animalito le ronroneó.-Vamos a casa - dice, tirando el cigarrillo.
Al darse vuelta el auto exploto en mil pedazos.Terminando con la vida de dos adolescente de 16 años.
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Moonrose [Frerard] [Editada]
Mystery / ThrillerNo tengo la autoría de esta historia, sin embargo la edité porque me encanta y espero que la disfruten.