El criminal caminaba por las solitarias calles de New Jersey, el viento alborotaba sus sedosos cabellos y el gatito se acurrucaba en sus brazos.
-Miau - atentamente lo miraba el felino, él sólo le dedicaba algunas sonrisas y lo acariciaba. El mamífero de por instinto le ronroneaba y se mostraba satisfecho por las caricias.
Todo indicaba que esta noche ya estaba concreta para este asesino pero... Una reacción repentina del felino lo tomó desprevenido.
Dando un salto cayó al suelo sobre sus cuatro patas, se giró y miró atento a esta tétrica persona, meneándole la cola.
-Miau...- el animal se dio la vuelta y empezó a caminar como guiándolo a su destino.
-Bien, te seguiré - dice, atento vuestro personaje sombrío.
Dejándose llevar por un pequeño felino mirándolo atento, no se dio cuenta de la persona con quien chocó, quitándole la concentración.
-Lo siento...- escuchó una voz muy varonil, giró su cabeza encontrándose con un joven de corta estatura. Lo escaneó por unos segundos, no le respondió, sólo le dedicó una mirada de odio.
Este, el desentendido joven, lo ignoró siguiendo su camino a suma prisa y perdiéndose entre la luz de los faroles de aquella frívola noche de otoño.
-Vamos gatito - dice el asesino, mientras lo volvía a tomar entre sus brazos.
Caminó llegando hasta un oscuro edificio, la fachada indicaba desgaste y maltrato. De su bolsillo saco un juego de llaves, abrió la primera puerta, se desplazó a través de un largo y tenebrosos pasillo color blanco-ahumado.Llegando a un ascensor algo antiguo, abrió la puerta de madera y después lo que parecía una reja oxidada. Entró en esta cabina y volvió a cerrar ambas puertas; tocó el botón número 33: el último piso del edificio, de inmediato el ascensor lo llevó hasta su piso. Salió de este, caminó un par de pasos, sacó nuevamente las llaves y abrió su puerta dando su ingreso a su departamento.
El gatito saltó de sus brazos, observando e investigando lo que sería de ahora en más, su hogar.
Este lugar era bastante normal, amueblado con cómodos sillones. Tenía una pequeña sala de entrada conocida como living, siguiendo hasta el final se encontraba una puerta conductora a su habitación, y a la vez esta poseía un balcón que daba vista a toda la cuidad. Una maravilla, este lugar estaba rodeado de arte: lienzos, pinturas, libros, películas, CD'S de todo tipo de música desde clásica hasta metal, espejos por todos lados.Algo desordenado pero todo daba un toque algo cálido.-¡Gatito! - llamó el dueño desde la cocina.
El gato salió de su habitación, volviendo a la sala de inicio. Vio una segunda puerta, esta conducía a un pequeño pasillo. En la terminación de ambos lados había dos puertas, en una de ellas se encontraba el baño algo lujoso y del otro lado la cocina que daba vista a la cuidad, de manera paralela a la habitación.
-Toma.- dijo, dándole un plato con leche tibia - Iré a ver algo para que duermas - dijo, amablemente.Mientras su mascota terminaba de alimentarse él volvía con unas matas que parecían cómodas, se las colocó a un lado de la cocina.-Acá es más lindo para dormir.- dice, acomodándolas sobre el piso.El gatito lo miraba atento y feliz, se echó sobre estas, parecía muy contento.-Buenas noches. - dice, apagándole la luz y saliendo de la cocina.
Ingresa a su solitaria habitación, abre las puertas que conducen al balcón dando ingreso a la luz de la luna, la cual se deleita viéndolo desnudarse sin ningún tipo de pudor.
Quedando completamente desnudo ingresa entre las sabanas, no parece tener frío a pesar de que ya es otoño y las temperaturas lentamente empiezan a descender sin ningún tipo de piedad.
Se acuesta de costado mirando hacia la pared, no ha dejado de pensar en ese ser extraño con el cual chocó. Sí, ese joven aún está en su mente; una delicia para conducirlo a la muerte, pero por alguna razón no hizo nada más que ignorarlo.
Sintió tristeza al verlo alejarse, pero mucha felicidad al verlo entre las luces de los faroles algo apagadas, pero le asentaba bastante bien.Tenía una onda medio punk por sus pantalones rotos en las rodillas, algo caído dejando mostrar su ropa interior de color rojo; combinaba a la perfección con los pantalones negros desgastados y un buzo de igual color.
A pesar de que no se le veía bien su rostro debido a ese mechón rebelde que caía sobre su rostro, logró ver perfectamente algunas hermosas cualidades en su rostro, como por ejemplo: ese aro en el labio inferior que le quedaba bastante bien, su boca era perfectamente delineada con sus labios algo carnosos, sus ojos eran profundos de un color marrón claro que contrastaba a la perfección con su rostro, que sobresaltaba por el leve maquillaje que traía puesto. Algo no tan notable para mucho pero detalles inolvidables para nuestro personaje, el cual parecía totalmente deslumbrado por tanta belleza de un solo ser.
Mientras que del otro lado de la cuidad, este personaje deseado por el criminal, se encuentra corriendo por su vida.
-Mierda, ¿Por qué siempre termino así...?- dice, algo agitado tratando de huir de un par de narcos.
-¡Regresa acá Iero!- dice uno de ellos.
-Vamos nena, tienes que pagar por lo que consumiste...-
-Yo ya les pagué con dinero... no me jodas...-Una avenida con el semáforo rojo, una oportunidad para huir o morir.Cruzó varios autos, casi lo atropellaban. Tuvo suerte de no ser atropellado por ninguno de ellos y para su suerte sus atacantes no corrieron la misma suerte, uno de ellos fue embestido por un auto.Volteó para ver como uno de ellos auxiliaba a su compañero herido, mientras que el continuó su camino.
Llegó hasta un cementerio, se sentó al lado de una tumba....y empezó a entablar una "conversación".
-Sabes ma... Hoy casi me atrapan...- dice, prendiendo un cigarrillo -Papá cada vez pide más, y yo ya no sé de qué trabajar para ganarme la mercancía. Desde hace algunos días ya no como para ahorrar... No veo la hora de ser mayor de edad, sólo falta muy poco para mi cumpleaños número 18 y para que tú cumplas 5 años desde aquel día... Te extraño mucho y me haces mucha falta mami...- dice, con algunas lágrimas en sus ojos apunto de resbalar a través de su frío rostro -Bueno...- dice más tranquilo - Ya me voy, sino se va a poner furioso... Nos vemos...- dice, parándose y retirándose de aquel pasivo lugar lleno de cuerpos inertes y en estado de putrefacción, lleno de almas solitarias que vagan sin rumbo fijo.Y a pesar de todo ello, él ama ese lugar, en el cual su madre disfruta de la paz sin ningún tipo de problemas.
Mientras que él tiene que lidiar con los problemas de adicción que tiene su padre, obligándolo a trabajar, a dejar su juventud, la escuela, amigos, dejando todo para que éste hombre relleno de todo tipo de drogas esté saciado.
Cada noche le pide más y más llegando al punto de tener que dejar de comer.En algunas oportunidades estaba a punto de ejercer la prostitución, pero este joven audaz aún tenía algo de dignidad, prefiriendo la golpiza que recibe por no poder saciar el hambre de drogas de su padre.
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Moonrose [Frerard] [Editada]
Misterio / SuspensoNo tengo la autoría de esta historia, sin embargo la edité porque me encanta y espero que la disfruten.