A la mañana siguiente, poco antes de la hora acordada para salir del hotel, Dulce salió a buscar a María Conchita, y para su suerte, en cuanto salió de su habitación, María se dirigía hacia allí; se miraron y se acercaron con pena.
—Hola —dijo María Conchita.
—Hola.
—Y-yo, yo venía a hablar contigo —dijo con voz temblorosa.
Dulce sintió un gran alivio y suspiró—Y yo iba a buscarte para hablar también. ¿Pasamos a mi cuarto?
—Está bien.
Dulce regresó y abrió la puerta, entraron y cerró —Bueno, hablemos.
—Sé de todo el riesgo que dijiste de seguir aquí con nuestra relación, pero si me escuchas tal vez aceptes que hasta la anunciemos al público.
—Sí —se acercó rápidamente a María y la besó eufórica —sí, sí, sí, mi amor, la anunciamos cuando tú quieras —le volvió a plantar un beso efusivo.
María Conchita, mientras sucedía eso, sintió mucho alivio pero al mismo tiempo sintió su pulso acelerado, bastante cosquilleo en el estómago, y claro, mucha felicidad —¿¡De verdad!? —Dulce asintió — ¿Pero no te importa lo que vayan a decir?
—Para nada, la gente que opine mal se va a ir solita, y confío en que muchos se van a quedar y nos van a apoyar, y que va a llegar más gente nueva a seguirnos y apoyarnos.
—Eso era lo que te iba a decir para convencerte —rió.
—Mira qué conectadas estamos, ja ja ja. La verdad fue Manoella la que me planteó todo eso anoche y me motivó a hablar contigo y no dejarte ir.
—Entonces las conectadas son otras, Rocío anoche habló conmigo y me dijo eso también, por eso me animé también a luchar por ti, por nosotras —se tomaron de las manos.
—No sabes cuánta tranquilidad y seguridad siento de saber eso, de darme cuenta de que nos amamos tanto como para dejarnos ir. Perdón si antes te hice dudar de eso.
—No, descuida, entiendo tus razones y son válidas. Yo también me siento muy aliviada de que hayas aceptado seguir con ésto —se sonrieron y se dieron un beso suave y tierno —te amo.
—Yo más. Cuando tú digas anunciamos nuestro noviazgo a todo el mundo.
—Bueno —acariciaba el cabello de Dulce mientras ésta la abrazaba por la cintura —si va a ser cuando yo quiera, entonces déjalo todo en mis manos, que se me está ocurriendo la idea perfecta para hacerlo.
—¿Ah, sí?, ¿Cómo?
—Será sorpresa.
—¿Mujer, todo lo vas a convertir en sorpresas ya?
—No todo, pero ésto lo amerita.
—¿Puedo saber cuándo?
—No.
—¿Y qué hay de la otra sorpresa que tienes con GranDiosas, oye?, ¿no puedo saber ni un poquito?
—No, Dulce, no puedes saber nada de mis sorpresas, por eso son sorpresa.
—¿Pero y si no estoy presentable para ellas? Al menos procura que cuando las hagas yo esté preparada para la ocasión.
—Por eso no te preocupes, que para ambas vas a estar más que presentable.
Luego de tan bella reconciliación, ambas salieron juntas y se reunieron con sus amigas, quienes notaron que ya estaba todo bien entre ellas, sin embargo, como habían hecho todo este tiempo, ninguna les dijo nada.
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Desde Esa Noche
FanfictionEntiende que desde esa noche solamente pienso en ti, desde esa noche muero por tenerte aquí, pero me da miedo enamorarme de ti.