3: Vixen (Yeongyu) (Saga "Dirty Boys")

5

Yeonjun

PAC

Le doy una nalgada en su culo enrojecido otra vez, disfrutando la forma en que hace que su cuerpo se contraiga y se estremezca. Joder, se ve tan bien así, con su cuerpo delgado y poderoso desnudo, de rodillas para mí, con un collar, obediente y todo mío. ¿Cómo tuve tanta suerte?

Corto el pensamiento y lo dejo a un lado. Eso es peligrosamente cercano a lo sentimental. Pero aun así... se ve bien, al menos puedo admitirlo.

Paso mi mano por su espalda y su culo, su piel suave y caliente como la fiebre.

Entonces me levanto.

—Quédate ahí, —le digo.

Espera obedientemente sobre manos y rodillas mientras voy a buscar las cosas que necesito a otra habitación. Cuando vuelvo, él todavía está allí, retorciéndose y jadeando.

Está tan desesperado porque lo llene, y tengo que tragar al verlo, con sus definidos músculos tensos, la mayor parte de su cuerpo doblado y tembloroso.

Se estremece cuando le echo lubricante en la raja y lo froto con la cabeza del consolador negro acanalado. Él mueve sus caderas contra él, ansioso por meterlo dentro, pero lo tiro hacia atrás de nuevo, provocándolo hasta que está jadeando y necesitado.

—¿Quieres que te llene?

—Sí, —dice, sin aliento y destrozado. Hace que mi polla se contraiga. Paso mi lengua por mis labios.

—Ruega.

Él gime en voz baja.

—Por favor.

Froto el consolador contra su agujero, presionándolo y retrocediendo, provocándolo más.

—Dime que quieres.

—Quiero estar lleno, —jadea—. Quiero que me llenes.

El consolador se desliza hacia arriba y hacia abajo.

—¿Cómo quieres que te llene?

Hace una pausa. ¿De repente quiere un consolador enorme en el culo? No tiene dudas, ¿verdad? Le doy una palmada en el culo otra vez y él se estremece y silba ante el dolor.

—Dime, Nolan. O volveré a guardar mi juguete.

Se estremece y dice—: Quiero que me llenes con el consolador.

Me relajo y sonrío mientras él no puede verme.

—Eso está mejor.

Le doy un empujón, y la cabeza del consolador entra a través de su esfínter, estirando su agujero alrededor de él. Él jadea y sus caderas se mueven. Se ve tan jodidamente bien que me está costando todo mi autocontrol no meterlo de una vez y verlo retorcerse. O mejor aún, tirar el consolador y meter mi propia polla allí. Pero esto es una prueba tanto para mí como para él, y lo mantengo quieto, justo dentro de su esfínter.

—¿Es esto lo que quieres? —Silbo entre dientes.

—S-sí.

—Dime por qué lo quieres.

Tiembla, la conversación parece tener tanto efecto en él como el consolador.

—Porque lo necesito. Necesito tu juguete dentro de mí, estirándome y llenándome, y haciéndome sentir tan bien. Por favor, necesito que me folles con eso. Lo necesito, Jun. — Prácticamente está llorando en este punto, totalmente perdido en su necesidad.

Uf, escucharlo suplicar así es como si se me rompieran las venas. Una ola de placer chisporroteante me recorre, haciendo que mi propia polla palpite, y saboreo el momento, bebiendo de su cuerpo tembloroso, sonrojado y ya sudoroso, y de la forma en que su cabeza cuelga entre sus hombros, completamente derrotado.