3: Vixen (Yeongyu) (Saga "Dirty Boys")

10

Yeonjun

Me cierno sobre la puerta de Beomgyu, sin estar seguro de cómo entrar. Solo entrar parece demasiado agresivo. ¿Llamo a la puerta? ¿Digo su nombre? ¿Llamo a su teléfono? ¿Por qué estoy pensando tanto esto?

Aprieto la mandíbula y llamo a la puerta, y su nombre al mismo tiempo.

—¿Nolan?

Hay una pausa lo suficientemente larga como para pensar que tal vez ya no esté allí, pero luego se oye un sonido de movimiento y él responde.

—¿Qué?

Soy muy consciente de que estoy parado en el pasillo de un dormitorio compartido.

—Necesito hablar contigo. ¿Puedo entrar? —Pausa—. Por favor.

Una pausa más larga. Luego la puerta se abre y aparece Beomgyu, todavía usando mi ropa que es un poco demasiado grande para él, pero de todos modos luce genial. Su rostro está tenso y cerrado. Ilegible. Siempre quise borrar esa sonrisa tonta de su cara, pero no así. No me gusta esto.

—¿Puedo entrar por favor? —Pregunto rígidamente. No tengo idea de qué voy a

decir cuando entre, solo que necesito arreglar las cosas. Él da un paso atrás, dejándome espacio, luego cierra la puerta detrás de mí. El plug anal está sobre la cama. Se lo sacó y lo limpió. ¿Eso significa algo? Mi mente se acelera mientras estoy parado en medio de la habitación desordenada con las manos a los costados y él me observa.

—¿Bien?

Esto es posiblemente lo más incómodo que me he sentido jamás. Pero quiero ser dueño de Beomgyu, y este es solo otro paso en ese sentido. No tengo que tener sentimientos por eso, no tengo que hacerme vulnerable. Solo necesito ser sencillo. Calmado. Como negocios.

—Quiero disculparme por mi arrebato de antes. Me tomaste por sorpresa, pero tienes derecho a hacer preguntas y saber cuál es la situación entre nosotros. Pido disculpas por no haber dejado más claro desde el principio cuál sería nuestra posición personal. — Siento como si estuviera leyendo un teleprompter, mirando a un punto fijo sobre su hombro izquierdo—. Por lo tanto, me gustaría dejarlo claro ahora para evitar más malentendidos. No tenemos una relación oficial, pero espero que seas exclusivo conmigo en lo que respecta a las sesiones, y yo haré lo mismo contigo. Nadie más puede dominarte y no participaré en ninguna actividad con otros sumisos. Pero no estamos en una relación romántica y no espero que seas excluyente en ese sentido, si eso es algo que necesitas en otra parte. Si aún estás de acuerdo con esto y quieres continuar con nuestro acuerdo, yo... lo disfrutaría.

Hay otra pausa más larga. Quiero quitarme la piel.

—Además, —las palabras salen de mi garganta, extraídas de lo profundo— yo... no te odio. Si eso no quedó claro por la forma en que actué.

Me arriesgo a mirarlo. Tiene los brazos cruzados y trabaja la mandíbula.

—¿Por qué tienes que ser así conmigo?

Me armo de valor. Puedo hacer esto.

—¿Así cómo?

—En un momento nos lo estamos pasando genial y al siguiente, —sacude la cabeza— eres una persona diferente. Y tú eres jodidamente cruel. Entiendo que tienes esa cosa oscura y melancólica, en serio, pero hay una diferencia entre un chico malo estoico y una red flag andante. Es como si intentaras ser lo más cruel posible. —Hace un ruido caliente de frustración y por un momento de pánico creo que va a llorar—. ¿Cómo carajo se supone que debo leer todas estas señales diferentes, Yeonjun? ¡Me pone de los nervios!

Soy un ciervo ante los faros. No sé qué decir porque sí, tiene razón. Deja escapar un largo suspiro y se pasa la mano por el cabello, apartando los mechones rubios de su frente.

—Me gustas, Yeonjun. ¿Vale? Mucho. No sé por qué, porque siempre eres un idiota conmigo. Supongo que soy tonto o algo así. Pero me gustas. Y si no quieres que sea más de lo que es entonces está bien, no te presionaré. Pero eso es todo lo que tenías que decir.

Mi garganta está tan apretada que puedo sentir mi corazón latiendo con fuerza. No sé qué hacer, no sé qué decir, ni siquiera sé qué pensar.

—Para ser honesto, no sé si debería estar enojado o preocupado, porque obviamente hay algo mal en tu cabeza que te hace ser así.

Siento que si me muevo o hablo algo terrible me va a pasar. El peligro está por todos lados. Pero si me quedo aquí y dejo que sus palabras me invadan, tal vez pueda sobrevivir.

Puedo guardarlo todo y tratarlo en privado más tarde.

Beomgyu mira sus zapatos.

—Quiero decir, entiendo que fui estúpido al no sacar el EpiPen, así que supongo que no estoy tan enojado por eso. Pero solo quiero saber, ¿por qué te importa tanto? —Su voz se vuelve esperanzada al final.

De acuerdo. Esa fue una pregunta directa. Es hora de que hable. Mi garganta funciona.

Di algo.

Mi voz grazna con las palabras.

—Porque a mí... me preocupa... tu bienestar.

Me mira por un momento, sus ojos buscan mi rostro. Algo en mí me dice que necesito sostener su mirada, así que le devuelvo la mirada. Son tan azules. Tan diferente a los míos.

Finalmente, asiente.

—Okey.

—¿Okey?

Hay una larga pausa. No puedo decir si me ha perdonado o no. Odio cuando no puedo leerlo.

Él asiente.

—Okey. Pero si me haces sentir como una mierda otra vez, me iré. Para siempre.

—Entendido, —digo, tratando de no hundirme de alivio. Se acabó. Lo hice. Ahora tengo que irme y ocuparme de todo en otro lugar—. Entonces, te veré más tarde. En el juego.

—Bien. —Él asiente, un lado de su boca se levanta en una sonrisa a medias.

¿Y ahora? Siento que hay algo más que debería hacer, pero no sé qué. Así que me voy, rígido como un robot. La pesada sensación de alivio me inunda y sus palabras son una roca sólida en mi estómago.

He arreglado mi desastre, pero tengo mucho en qué pensar. Y algo más ronda mi mente. Por un momento, cuando me dijo que le gusto, pensé que iba a intentar besarme de nuevo.

Y no sé si estoy aliviado de que no lo haya hecho... o decepcionado.