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Beomgyu

Yeonjun acelera todo el camino de regreso a mi dormitorio, mirando al frente, con el rostro como un trueno. Me siento desplomado en el asiento del pasajero como un niño regañado.

Está realmente enojado. Realmente muy enojado. Estoy acostumbrado a que sea un imbécil gruñón, pero nunca antes lo había visto tan enojado. La forma en que sus ojos brilla, la forma rígida y poderosa en que se mueve su cuerpo, la forma en que contiene su ira en sus anchos hombros. Nunca lo admitiré en voz alta, pero da un poco de miedo. Y además es muy caliente.

¿Cuál es su problema? Okey, dejé mi EpiPen en casa, y qué, esas cosas son muy caras.

No es que él haya tenido que preocuparse por el dinero en toda su vida. Por supuesto que no lo entendería, niño rico mimado. ¿Por qué le importa tanto? Dejó más que claro que no le importo, o que ni siquiera le gusto ni un poco.

Frunzo el ceño. ¿Está enojado conmigo? Sí, bueno, a ese juego pueden jugar dos.

Todavía estoy enojado con él por gritarme cuando todo lo que quería saber era si estábamos saliendo o no. Disculpe mi osadía por querer aclarar las cosas. Y sí, hirió mis sentimientos. A lo grande. La gente nunca me rechaza. Y me costó más esfuerzo del necesario reunir el coraje para preguntar. Nunca me pongo nervioso por esta mierda, pero me sentí como un niño que le pide a alguien que vaya al baile de graduación por primera vez. Y no solo dijo que no, sino que dijo que no con una guinda, en voz alta, delante de mucha gente. Mis mejillas se calientan ante el pensamiento.

Miro por la ventana a los árboles que pasan a lo largo del costado de la carretera. Es un día glorioso, tal como pensé que sería, y parece más sombrío que nunca. ¿Qué hay en mí que le resulta tan desagradable? Realmente parecía que nos llevábamos bien toda la mañana. Hice todo lo que él quería y, joder, realmente sentí como si tuviéramos por un momento allí. ¿Fue solo mi imaginación? ¿La realidad reemplazada por lo que realmente quiero? Pero él sonrió y bromeó. Y la química que sentí entre nosotros fue real, lo juro.

Pero qué sé yo, supongo que soy un idiota.

De vez en cuando tomo una cucharada hosca de mis papas fritas con queso y chile, aunque ya no saben tan bien como antes. Aun así, se siente bien rebelarse después de lo que dijo. Barbacoa en el parque de casas rodantes. Que se joda. Ni siquiera vivo en un parque de casas rodantes. Ya no. Y si mi papá hiciera una barbacoa de ninguna manera él estaría invitado.

Todo el viaje de regreso transcurre en un silencio tenso y estoy decidido a no romperlo primero.

Diez minutos y varios límites de velocidad infringidos después, irrumpe en mi dormitorio como un huracán vengativo.

—¿Dónde está? —Él exige.

—En mi cajón, —digo.

Me doy cuenta de que esta es la primera vez que está en mi dormitorio, y es una completa pista. Ropa, libros y envoltorios vacíos esparcidos por el suelo. La cama es un nido de mantas. Y el olor característico de los calcetines sucios llena el aire. Pero ni siquiera le gusto, así que ¿por qué debería importarme lo que piense de mi pocilga de habitación?

Se abre paso a patadas entre el desorden, abre el cajón de mi mesilla de noche, agarra el EpiPen y me lo estampa en el pecho. Lo agarro, casi cayendo hacia atrás.

Sus ojos brillan.

—No quiero verte salir de esta habitación sin él otra vez, ¿entiendes?

—Da igual, Jun, solo cálmate, hombre. —Mi corazón se acelera.

—No me llames Jun, mi nombre es Yeonjun. Y dije ¿entiendes? —Parece jodidamente salvaje.

—Sí, lo entiendo, —digo—. ¿Por qué diablos te importa de todos modos? No te importo una mierda, ¿verdad? Aparte de como una forma de mojarte la polla.

Me mira fijamente y creo que va a decir algo más, pero luego cierra la boca, niega con la cabeza y se marcha furioso. Está a medio camino de salir por la puerta cuando gira hacia atrás.

—¡Tu vida vale más que un puto EpiPen, Beomgyu!

La puerta se cierra de golpe detrás de él.

3: Vixen (Yeongyu) (Saga "Dirty Boys")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora