Entre los dioses existía uno más bajo de tez morena y cabellos marrones ondulados y largos, siendo menor de altura, las alas en su espalda eran tan frágiles sus andares únicos y gentiles, sus tunicas que cubrían su anatomía eran molestia para la vista de una conflección tan afeminada, también otro dios más alto de piel blanca y ojos azules de cabellos largos y rizados de color plateado como la luna. Este teniendo sus alas en sus oídos con naturalidad, las tunicas eran vistas en su robusta anatomía. Entre ambos dioses masculinos había un romance imposible, eran unas simples lunas necesitadas de amor.
Sus amores eran correspondidos pero negados, haciéndose daños tan grandes entre ambos, dioses, Selene solo hacia lo posible para poder estar con Phobos, pero aquel joven se negaba diciendo que no era lo correcto, el más alto luchaba para estar con su amado que negaba sus sentimientos a cada momento dañando la poca fé que tenía el dios de cabellos plateados.
Este Sollozaba en silencio melancólico, harto de siempre luchar por tener al menor en sus brazos, mientras aquel moreno se negaba, solo porque Ares se negaría a su relación, Marte fue quien más apoyo a Selene en el espacio para poder estar con aquella luna. Este ya rendido de ser siempre el, el que luche por estar al lado de la luna de martes jamás funcionaba, el espacio era tan grande y estrellado siendo iluminado por Helios, pero su luz era Phobos, esa luz que lo hacía sonreír y sentirse cálido se iba con cada desilusión que tenía de parte del menor quien se negaba a cada minuto estar a su lado. Sus esfuerzos eran en vano, tanto tiempo cortejandolo para que se negara.
Deimos miraba decepcionada a su hermano quien se negaba a estar con la Luna de la Tierra, quien invirtió tanto tiempo en cortejarlo para que sea desilusionado de esa forma, en verdad no lo entendía, tenía ganas de confrontar su terquedad y hacerle abrir los ojos que a pesar de que ambos sean hombres igual podrían amarse y valorarse por siempre, pero quien haría entender aún cabeza dura como Phobos, está al ver como el plateado no se daba rendido la alegro, pero preocupo ya que estaba luchando por un cabeza dura que jamás daría su brazo a torcer.
— ¡Abre los ojos Phobos! ¡Selene te ama! ¿¡Acaso no vez el tanto tiempo que puso en ti que nunca se rendió a pesar de las desilusiónes y mal gustos que les das!? — Se quejo Deimos mirando con una severa alteracion al nombrado.
— ¡Yo no puedo amarlo! ¡El es un hombre igual que yo! ¡Yo no puedo estar con un hombre! ¿¡Y que tiene que le haga desilusiónar!? ¡El mismo se las buscas con sus ilusiones! — Grito entrecortado el contrario su corazón dolía por decir tales barbaridades sin importar si el las oía.
— ¡Eres un monstruo sin corazón Phobos! ¡Eres un puto monstruo sin corazón! — Esbozó decepcionada la joven dándole la espalda al contrario quien le afecto esas palabras.
Al contrario le afectaron tales alirios de su hermana, quien tenía razón de actuar así pero su orgullo no le haría bajar de su pedestal, su corazón dolía horrible por años pero su ego no lo dejaba caer, esos hablares de la más bajo le cristalizaron los ojos y aflojaron sus cuencas apunto de romper el lágrimas, suspiro cansado y se fue lo más lejos que pudo estando en cinturón de asteroides oculto sollozando negándose asi mismo, estaba harto,¿Cansando? Lo estaba, lo único que quería era que todos dejarán de juzgarlo y decirle que sus decisiones estaban mal, y lo estaban, pero que podía hacer el ya era, egoísta, orgulloso y narcisistas, eso defectos le impedían bajar de su pedestal, de su trono y corona, su corazón estaba roto sangraba dolor al ver tantas decepciónes y tristezas que le dio a la luna plateada, quería dejar su arrogancia y correr hacia sus brazos, sintiendo su calor en un caño forcejeo, estaba siendo una mierda de satélite para que lo odiara y dejara de amar. Pero el satélite plateado era tan terco que no se rendía.
Aquel satélite plateado estaba paseando por ese lugar con ligeras lágrimas en sus cuencas azuladas, estaba absorto en sus pensamientos, decepcionado pensando que no dio lo suficiente de si mismo para conquistar tan terco corazón de su amado satélite más grande de marte, sus alas en sus orejas se movían ligeramente recordando aquel tan mal gusto que sufrió al ser rechazado de una manera tan humillante, esa arrogancia lo mataba, mataba su frágil corazón que deseaba el amor de ese satélite tan necio, quería besarlo, sentír su calor, su corteza contra la suya, estaba decidido a jamás rendirse.
— ¿¡Porqué simplemente no me olvida!? ¡Ahí tantas chicas lindas en este sistema solar! ¡Todos son de su tamaño y clase! — Decía entre pequeños sollozos el menor.
— Yo te amo, no me fijaria en nadie más que no seas tú. — Respondió estando parado frente al menor que lloraba.
— ¿¡Porqué me amas!? ¿¡Porqué yo!? ¡Simplemente rindete soy una mierda contigo y aún sigues luchando! — Se levantó desafiante mirando con enojo y desespero al más alto.
— Yo nunca me rendiré,si me rindiera, sería un cobarde por no luchar por tu tan necio corazón, yo se amarte,yo te entiendo, no me interesa que tanto defectos tengas yo te amaré. — Resoplo para tomar las mejillas del más bajo quien seguía derramando lágrimas.
Una rápida acción del más alto fue juntar sus labios en un cálido y dulce beso que fue correspondido por ambos labios tocándose y sintiendo su sabor entre si, pasando horas de su unión sin querer separase, y seguir juntos, estaban pegados como si fueran el uno para el otro, ambos corazones latir con fluidez por ese tan repentino y agradable unión de labios ya necesitados de poder estar juntos ese momento perfecto, se urgen estar juntos que así fue, pasando unas horas el menor reacciona y se separó bruscamente del más alto y solo tocó sus labios con un tan notorio sonrojo y dijo en voz rota nerviosa.
— “Please forget about me” —
Grito saliendo corriendo sacándole una sonrisa satisfecha al más alto quien sonreírle victorioso de ese beso.
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— Au dioses y original de su región de cuerpos celestes. —Luna x Phobos.
