En un pequeño pueblo costero, donde el sol se funde con el mar al atardecer, vivía Aurora, una joven de sonrisa fácil y ojos llenos de sueños. Trabajaba en la pequeña librería de su familia, un lugar acogedor donde los libros antiguos compartían espacio con las historias que ella misma escribía en su cuaderno de notas.
Un día, mientras organizaba una vieja colección de poesía, un joven de aspecto tranquilo y mirada profunda entró en la librería. Su nombre era Andrew, un viajero que había llegado al pueblo buscando algo más que paisajes; buscaba inspiración. Aurora lo notó de inmediato. No era como los demás turistas, había algo en su forma de observar los libros, de acariciar las portadas, que la intrigaba.Andrew comenzó a visitar la librería todos los días. Al principio, intercambiaban breves palabras sobre literatura y autores favoritos, pero pronto las conversaciones se alargaron, y con ellas, los paseos por la playa y las tardes en el café del pueblo. Sin darse cuenta, ambos comenzaron a escribir juntos una historia que ni siquiera ellos sabían que estaban creando.
Aurora sentía que, por primera vez, su vida estaba completa. Andrew, con su presencia serena y su pasión por las palabras, había llenado un vacío que ella ni siquiera sabía que existía. Pero había algo que Andrew no le había contado. Su vida, antes de llegar al pueblo, estaba marcada por un compromiso que aún lo ataba: una promesa hecha a alguien en un pasado no tan lejano, una promesa que no había podido cumplir.
Una noche, mientras caminaban por la playa bajo la luz de la luna, Andrew decidió abrirse. Le contó a Aurora sobre su pasado, sobre esa promesa que había hecho a una mujer que, aunque ya no estaba en su vida, aún ocupaba un rincón en su corazón. Aurora escuchó en silencio, sintiendo cómo su corazón se quebraba un poco con cada palabra.
A pesar del dolor, Aurora entendió que el amor que sentía por Andrew no podía ser completo, que siempre habría una parte de él que no le pertenecía. Decidió que debía alejarse, dar espacio a Andrew para que resolviera su pasado, aunque eso significara perder lo que tenían.
Andrew intentó convencerla de que podían encontrar una forma de estar juntos, pero Aurora sabía que no sería justo para ninguno de los dos. "No quiero un amor a medias, Andrew", le dijo con lágrimas en los ojos. "Si vamos a amarnos, debe ser con todo el corazón, sin sombras del pasado".Al día siguiente, Andrew se fue del pueblo, dejando a Aurora con sus recuerdos y un vacío que sólo el tiempo podría llenar. Pasaron los meses, y aunque el dolor disminuyó, Aurora nunca dejó de pensar en él. Escribió sobre su historia, dejando que las palabras la curaran, y comprendió que, a veces, el amor más fuerte es el que se deja ir.
Un año después, Aurora recibió una carta. Era de Andrew, quien le contaba que había vuelto a cumplir su promesa y que ahora, por fin, se sentía libre. Le pedía una segunda oportunidad, esta vez con la promesa de un amor completo, sin medias tintas.
Aurora leyó la carta una y otra vez. Sabía que no había garantías, que el amor siempre sería un riesgo, pero esta vez estaba dispuesta a correrlo. Respondió la carta con una sola frase: "Te espero en la librería".
Continuara...
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Un amor Incompleto
Romancees la historia de una relación donde los sentimientos están divididos y la pasión es intermitente. Es un relato sobre la lucha entre el deseo de un amor completo y la realidad de una conexión incompleta, donde los momentos de felicidad son tan fugac...