Cloe

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2 de Junio.

-¡Cloe, la maleta! -Gritaba mi madre desde dentro del salón, mientras yo corría hacia la puerta por no perder el tren.

-Dios mamá, llevo la cabeza encima de los hombros? -Bromeé.

-Menos mal que la llevas pegada, si no también te la olvidarías. -Sonrío y se detuvo unos segundos en mirarme.

Me llenó una sensación de tristeza recordando todo lo que habíamos hablado anteriormente, tenía mucho miedo de que se fuera y que yo no pudiera estar a su lado. Sabía que ella tenía más miedo y dolor que yo, aún así me miró con mucho cariño y orgullo, siempre quiso lo mejor para mí, entendía que necesitara escapar del caos.

-Mami, te voy a echar mucho de menos. Siento mucho no poder acabar las quimios a tu lado. -Acaricié el pañuelo que le envolvía la cabeza mientras se me llenaban los ojos de lágrimas.

-Hija, yo estaré cuidando de ella, no te preocupes. -Dijo mi padre mientras nos daba un beso en la frente a cada una.

Los asfixié con un abrazo mientras mi madre intentaba sacar una cosa de su bolsillo.

-Ten Cloe, sé que nunca te vas a olvidar de mí, pero por si pasara algo, quiero que sepas que siempre me tendrás presente. -Me cogió la mano con delicadeza y dejó caer sobre la palma de mi mano un collar en forma de mariposa.

-Muchas gracias mamá, es... precioso.

Me lo puse, me despedí una vez más de ellos y salí disparada hacía el tren que estaba perdiendo.

''Las mariposas son un símbolo de transformación constante gracias a su proceso de metamorfosis, es decir, el paso de huevo a oruga, de oruga a crisálida, y finalmente, de crisálida a mariposa. Por ello, las mariposas son sinónimo de perseverancia y resiliencia, puesto que recorren un largo camino hasta alcanzar su meta.''

Para mí mi madre siempre iba a ser mi mariposa.

Dos almas hacia un mismo destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora