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(comenten comenten, no sean lectoras fantasmas por fii me esfuerzo mucho<3)

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Angie estacionó el auto y se negó a continuar.

—¡Vamos al hospital, por favor!

—¿Qué hospital? Vos estás loco —negó Giovanni

—Sí vamos al hospital terminamos todos presos, Chino.

—¡¿Vos pensas que me importa?! ¡¿Querés que se te muera acá el pibe?!

— me voy a morir.—lloriqueo Zeta asustado

Celeste negó—no, gordito. no va a pasar nada—quiso convencerse—vas a estar bien.—

—¡Vamos al hospital, ya!

Los chicos empezaron a discutir sobre que hacer con Zeta, Celeste no tenía fuerzas para discutir no cuando su mejor amigo estaba al borde de la muerte por una cagada que se mandaron ellos y por meterse en esto, pero no lo sabían.

Angie había estudiado medicina entonces no le quedó de otra que intentar curar a Zeta para que no lo lleven al hospital y se vaya a la mierda todo.

Una vez bajaron a Zeta que gritaba de dolor y como pudieron lo llevaron adentro de la casa, ahí se encontraban Yoni, Eme y para colmo Guzmán este último les ordeno que lo lleven al cuarto, Ezequiel no paraba de gritar y llorar desesperado y con miedo.

—¡Tranquilo amigo, tranquilo!

—Va a estar todo bien, gordo.

—¡Ya estamos acá, ya estamos acá! ¡Angie te va a cuidar!

Era un ambiente de caos profundo, todos lloraban y varios de los chicos tenían las manos manchadas de sangre.

—¡Se van todos! ¡Camila y Yoni, nadie más!—pidio Angie

Los demás acataron la orden de Angie que era quien sabía más del tema.

Celeste quería quedarse con Zeta pero no la dejaron y terminaron sacándola de la pieza a la fuerza para que después la morocha se quede sentada en el piso cerca del comedor. Celeste se había hecho bolita en el piso escondiendo su cara entre sus brazos y sus piernas para que nadie la vea llorar, la morocha solo quería que todo esto termine para poder estar con su hijo, con su mamá y que Zeta este bien.

Chino estaba igual que Celeste porque los dos eran más unidos a Zeta y ahora verlo en esta situación los hacía ponerse más mal de lo que estaban.

La morocha de rulos miraba las fotos que tenía de su hijo con Zeta en el celular deseando que así pudieran estar de nuevo cuando su amigo mejore, rezaba porque Angie pudiera curar a Zeta.

—Toma, un bombón para otro bombón—Giovanni se sentó al lado de ella con un alfajor—es para que comas.

Celeste lo miro mientras se limpiaba las lágrimas. —gracias.

𝘊𝘰𝘳𝘢𝘻ó𝘯 𝘝𝘢𝘤í𝘰.  𝘎𝘪𝘰𝘷𝘢𝘯𝘯𝘪 𝘉𝘶𝘳𝘨𝘰𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora