Nunca creyó que su vida terminaría de esa manera, siempre soñó con un esposo que la amara tal y como era, amigos que no la abandonarían por muy difícil que se vea la situación y un trabajo estable sin problemas.
Sin embargo cuando ella llegó su vida...
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Su vida no era la mejor, ni la más deseada, eso lo sabía muy bien. No tenía algo que la gente quisiera arrebatarle o que la envidie, lo sabía perfectamente, no poseía el físico estándar o el cabello soñado, era una chica promedio con un cabello destacable y ojos jade, nada más, no tenía algo deseable.
Exceptosu esposo.
Su esposo la hacía sentir orgullosa, era el tipo soñado, era un hombre que cualquier persona envidiaría. Le daba una sensación de felicidad saber eso, saber que tenía, al menos, una cosa que la gente envidiaba de ella, a pesar de no ser el tipo ideal de mujer.
Sasuke Uchiha, así se llamaba él, era un hombre alto, ojos negros al igual que su cabello y una vibra atractiva sin perder sus toque elegante. Él era su todo, suena mal y lo sabe, sin embargo, nunca tuvo muchas cosas a las cuales aferrarse, sus amigos la dejaron de lado de un día para otro.
No sabe el porque y le duele demasiado no saberlo, se conocían desde que eran unos críos debido a que vivieron en el mismo vecindario, la mayoría logró entrar a una excelente universidad y terminaron trabajando en la misma ciudad. Eso cree, hace diez años que dejaron de hablarle, no volvieron a responder sus mensajes y ella tampoco se atrevió a buscarlos.
Deben haber tenido razones para actuar de esa manera, tal vez ella cometió un error.
Por otro lado su familia no es algo de lo que le guste hablar, la dejaron varada cuando se mudó, fue la última vez que los vió, luego no volvieron a contactarla, ni menos respondieron sus mensajes. Fue duro para ella, en ese instante solo tenía el hombro de Sasuke para llorar.
No poseía la mejor suerte.
A veces creía que algunas personas envidiaban su trabajo, trabajar dentro de una prestigiada empresa era sumamente difícil, si no cumplías los requisitos mínimos para entrar era mejor que buscaras otras opciones.
Quería creer que la contrataron por sus habilidades y honores en la universidad, que no la contrataron por ser la novia de Sasuke en ese tiempo. Muchos malos tratos recayeron en ella cuando se expandió el rumor.
Tampoco es como si hubieran sido buenos antes.
Odiaba su vida, nunca se imaginó pensar de esa manera, sin embargo, su vida ahora no era ni por un segundo lo que había deseado. La familia Uchiha la repudiaba, luego de la boda su actitud cambió para mal, terminó siendo una sirvienta en vez de una dulce esposa en esa familia y no sólo eso, las esposas de los demás Uchiha no la traban como una igual.
No era para nada como ella creyó que serían.
Dejando de lado su insoportable vida de casada, ahora mismo tenía una preocupación mayor.
Iba tarde.
Algo que odiaba, no sólo su esposo, toda la familia Uchiha e incluso los trabajadores de la empresa era la impuntualidad. Si llegabas tarde te asegurabas de un despido inmediato en esa empresa, estaba dentro de los requisitos mínimos en la postulación.
