Introducción - Parte 5

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Saltó con gracia y aterrizó en la cabeza de un enorme orco, al menos 50 cm más grande que él. El orco gritó mientras balanceaba una especie de enorme maza de madera con clavos oxidados en ella. La enorme maza de madera hizo que Kimimaro saltara en el aire, evitando el golpe por unos centímetros, pero solo Kimimaro podía decir qué tan lejos estaba en realidad ese golpe de conectar.

Con un movimiento de su mano, apuñaló la cabeza del orco, sintiendo su espada de hueso atravesar el duro cráneo de este, y luego apuñalando su cerebro.

El orco no dejó de moverse inmediatamente, sino que soltó su maza y trató de tomarlo con sus manos. Kimimaro giró sus caderas y extendió su pierna, golpeando el cráneo con tanta fuerza que escuchó cómo se rompía con un asqueroso "crack".

El orco cayó al suelo. Kimimaro movió su espada y apuñaló el vientre de un goblin que había intentado atacarlo por la espalda.

La sangre oscura se derramó en el suelo.

Cuando todo acabó, había 5 orcos en el suelo y 10 goblins desmembrados.

Kimimaro hizo un movimiento con su muñeca para limpiar su espada de hueso de la sangre, y aun así, siguió moviéndose.

No habían venido tantos guardias como pensó que lo harían. En total, había matado a 40, y no parecía que aquellos que estaban esparcidos por el pueblo supieran lo que estaba pasando.

Kimimaro comenzó a caminar hacia el almacén de ese lugar.

Cuando entró, encontró que muchas cosas habían sido saqueadas, especialmente la reserva de vino, si los barriles vacíos significaban algo. Sin embargo, había algunos granos de comida que no supo reconocer, pero tomó un poco.

Finalmente llegó a la parte donde se suponía que estaban guardadas las hierbas medicinales. No sabía cómo usarlas, pero esperaba que Ness sí, y de todas maneras siempre era bueno tener algo que no tenerlo.

Encontró frascos llenos de plantas que no reconoció, pero no se detuvo mucho en eso. Tomó todas y las metió en un saco de grano, girando sobre sus pies para irse de la bodega.

Cuando salió, la brisa nocturna golpeó su cuerpo. Kimimaro se tomó un momento y finalmente dio un salto.

Sus pies se pegaron al muro del castillo antes de dar un salto hacia los tejados de las edificaciones que rodeaban el lugar. Aterrizó sin producir sonido, luego se movió saltando de techo en techo hasta que llegó al muro. En ese momento vio un poco de movimiento, al parecer habían encontrado los cuerpos de los guardias.

Kimimaro se planteó acabar con aquellos que estaban revisando los cuerpos, pero luego de un momento decidió no hacerlo. Se movió hacia el norte, evitando el lugar donde había matado a esos guardias. Los que deberían estar cuidando esa parte del muro se habían movido hacia el lado donde estaban los cadáveres, así que ahora estaba despejado.

Saltó por encima del muro y cayó al suelo.

Luego decidió tomar un camino más largo para evitar dejar un rastro obvio que un hombre lobo pudiera seguir hasta donde estaba Ness. Incluso así, decidió que se movería inmediatamente de ese lugar, además de encontrar una manera de eliminar su rastro.

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Cuando llegó al lugar donde había dejado a la chica, tuvo que tomarse un momento... ella no estaba por ningún lado.

Aún era muy temprano, así que supuso que ella debió haberse ocultado en algún lugar para evitar ser encontrada. Caminó un poco antes de girar su cabeza en varias direcciones. Dejó caer el saco de granos al suelo y escuchó el tintineo de los frascos.

Kimimaro  en KuroinuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora