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Visitando al enfermo.
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Nunca pensó que podría recibir una llamada como esa.
De por sí no esperaba recibir ninguna llamada y no tenía planeado comunicarse con nadie. Si bien preguntó por el estado de sus amigos en la Furin, recibiendo como respuesta que todos estaban en perfectas condiciones, se acercaban evaluaciones importantes, y como siempre, deseaba y necesitaba destacar.
Eso constaba de una rutina simple: Estudiar de forma no muy saludable.
Sus pausas eran breves, estirarse un poco y aclarar la mente, para regresar a estudiar con toda su concentración puesta en los tópicos y tomando los detalles con pinzas.
Y eso era lo que planeaba hoy. Llegar a casa y estudiar hasta no poder más.
Con unos shorts para aligerar un poco el calor, tendiendo el mismo objetivo su camisa de tirantes y dos trenzas que Kiryu le había enseñado a hacer, se sentó en escritorio con intenciones de no salir de ahí en un buen rato.
Nirei se había encargado de hacerle saber que todo estaba bien, sin embargo, se le olvidó mencionar un pequeño detalle.
Su teléfono sonando hizo que su expresión se tornara en una fastidiada, pero aún así contestó el celular, más aún viendo que se trataba de uno de sus amigos.
Nirei.
— ¿Hola? ¿Nirei-San, pasa algo?
— Ruri-San...
El tono desanimado del rubio la desconcertó. Escuchó movimiento al otro lado para luego escuchar la voz de Suo.
— Hola, Ruri-San. ¿Recuerdas cuando dijimos que todo estaba bien esta mañana? Tal vez no estábamos del todo bien.
