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La heredera del imperio deportivo más grande de Estados Unidos es una amenaza para cualquiera, y el nuevo golden boy de la NFL está dispuesto a hundirse en el peligro de sus ojos si eso significa estar con ella.
Mackenzie Brady, hermana menor del legendario quarterback de los New England Patriots, Tom Brady, y conocida como la heredera parrandera por sus travesuras nocturnas. Su rostro angelical es todo lo contrario a lo ella que irradia: problemas. La clase de problemas que busca una persona que nunca ha tenido que preocuparse por nada. La prensa americana está constantemente tras ella en busca de retratar cada uno de sus tropiezos y cuando conoce a Joe, sabe que no puede involucrarse con él sin arrastrarlo a su desastre.
Joe está luchando para regresar de la lesión del ligamento cruzado anterior que cortó de forma abrupta su temporada rookie. La fama repentina junto con el sentimiento constante de estar decepcionando a la franquicia que te dio la confianza suficiente para ocupar un pick número 1 del draft puede ser demasiado para cualquiera. Las historias que ha escuchado de Mackenzie Brady le han provocado el deseo de mantenerse lo más lejos posible de su desastre.
¿Cómo se puede ser tan desordenada, malcriada y engreída compartiendo ADN con uno de atletas más enfocados, talentosos y disciplinados de la historia?
Excepto que cuando sus ojos encuentran a Mack por primera vez, puede leerla perfectamente. Toda la razón detrás de sus decisiones imprudentes, todo el dolor que oculta el café de su mirada. Porque Mackenzie Brady actúa como si nada en el mundo le importara pero tal vez Joe es la única persona que en realidad se da cuenta que las opiniones de los demás le importan más de lo que deberían.
Me pregunto si te arrepientes del secreto de nosotros.
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❝it felt like something holy❞
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—Kenny...
Aguanto la respiración cuando abro la puerta y lo veo ahí parado. El apodo me atraviesa el corazón. La lluvia no deja de caer, como si la tormenta estuviera alineada con mis sentimientos.
—No puedes estar aquí. —murmuro.
—No me importa tu hermano, Mackenzie. —replica al verme revisando la puerta en busca de Tom— . No me voy a ir hasta que me digas en la cara que te vas a ir.
