Las horas parecen ser días en Dragonstone y de repente, los niños ya no hayan más que hacer.
A causa de ello, Alyrent y Rhaena consideran una buena idea acudir al entrenamiento de los niños... y Baela.
Sosteniendo sus vestidos de seda, ambas niñas se encaminan sobre la arena húmeda hasta el lugar donde el rechinar de las espadas de madera abunda.
—¿Y Luke?—pregunta Rhaena a mitad de camino, con el ceño fruncido.
Jacaerys y Baela parecen no haber notado su llegada pero es entonces que un grito agudo resuena con fuerza. Aún más que las olas del mar que golpean contra la arena.
Jacaerys levanta la mirada, notando como su hermano menor corre a gran velocidad por la playa. Es el nombre de su prometida el que grita mientras sacude un pañuelo blanco en el aire.
Entonces al fin nota la presencia de su hermanastra y Alyrent, al mismo tiempo en el que Lucerys llega con ellas. Y en ese momento, Jacaerys sintió el pánico alterar todos sus sentidos.
No era un pañuelo. Era una carta.
La carta que le escribió a Alyrent y que nunca envió.
Una carta vergonzosa.
—¿Jace estás bien?
La espada cayó sobre la arena y pronto todo comenzó a escucharse a lo lejos. Se echó a correr siendo su respiración agitada lo único que escuchaba de fondo.
—¿De Desembarco?
La sonrisa de Alyrent desapareció al instante en que Jacaerys le arrebató la carta, haciéndola pedazos en su cara.
Todos se mostraron sorprendidos, pues no comprendían su comportamiento.
La mirada de Jacaerys se tornó furiosa, pero no se la dedicó a Alyrent... sino a Luke.
Bastó con un solo empujón para que el heredero de Driftmark cayera sobre la arena. Embarrando su lindo atuendo con ella.
—¡Jamás vuelvas a tocar mis cosas Luke!—exclamó molesto.
—¡Yo no hice nada!—chilló el niño.
Mientras esto ocurría, Alyrent aún estaba en estado de shock. Mirando los trozos que quedaban de la única carta que había recibido de su madre durante todo el mes que estuvo en esa Isla.
El único contacto que tenía con sus hermanos, la única manera de saber cómo estaba Helaena o de saber algo siquiera de su padre.
Ahora todo estaba hecho trizas... de manera literal. Y aún no entendía... por qué.
Acaso su prometido y futuro esposo tiene ese derecho. ¿Esa vida es la que le espera?
—Jace, ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué rompiste la carta de Alyrent?—la voz de Rhaena es la que la saca de su trance.
—¡Esa no es la carta de Aly..., ¿Que?—la confusión adorna el rostro de Jacaerys pero cuando ya se ha dado cuenta de lo que hizo, es demasiado tarde.
Alyrent lo empujó con tanta fuerza que el niño tambaleó hasta caer. Las lágrimas resbalaron por sus mejillas cuando le dio el primer golpe en la mejilla.
Un golpe que la lastimó más a ella que a él.
Baela llegó tan pronto como pudo y sostuvo a la niña que estaba decidida a acabar con el Velaryon.
—Era de mi madre.—la voz se le quebró al mencionar la última palabra.
Jacaerys comprendió que había hecho mal... muy mal.
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L E G A C Y / Jacaerys Targaryen
FanfictionEn un tiempo de traiciones y luchas por el poder, Jacaerys Targaryen se alzaba como el heredero legítimo al Trono de Hierro, hijo de la Reina Negra, Rhaenyra Targaryen. Un príncipe que siempre fue leal a su Casa, revestido de deber y honor. Envuelt...