EPÍLOGO

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Correr es en lo único que puedo pensar ahora mismo.
Huir de los animales que me persiguen en el bosque.
Me gustan los animales pero seguro que estos no son pequeños y amigables por los gruñidos que escucho. Corro y corro hasta que ya no hay tantos animales.
No sé donde estoy, no recuerdo como llegué hasta aquí.
No recuerdo nada anterior a despertarme en medio de árboles.
Salgo a una carretera. Paro a un coche que pasa y le pido ayuda.

Despierto en una camilla de hospital. Creo que me desmayé antes de entrar al coche.
Los médicos se dan cuenta de que he despertado. Entra un hombre a la habitación. Es mayor y tiene una barba frondosa con muchas canas.
Me explica que es policía y que me va a hacer unas preguntas para ayudarme a volver a casa. Tengo que intentar recordar algo.
-¿Cómo te llamas?- me preguntó.
-No me acuerdo.-dije forzando mi mente.
-¿Recuerdas algo?-volvió a preguntar.
-No.-respondí.
Él frunce el ceño, creo que esperaba otras respuestas. Esperaría que solo me hubiera perdido en el bosque, que me llevarían con mis padres y él podría volver a su casa con su familia tranquilamente.
Ojalá yo pudiera hacer lo mismo. Ojalá pudiera recordar algo.

MIL PASOS PERDIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora