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She laughs at all my jokes
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El telefono sonaba con desesperación, habían llamado ya unas cuantas veces, así que fui a contestar con poco buen humor, ya que cuando Hailee se fue, me dormi un rato más al no dormir nada y ahora que había podido dormir, me despertaban haciendo unas estúpisas llamadad inescensarias.

- Richie - habló por el telefonó la voz femenina más hermosa y dulce que había escuchado. -, debemos ir a casa de Beverly. Es una emergencia.

- A-ah, bien. Solo me vestiré, allá voy. - claramente no iba a sonar molesto con ella al llamarme cincuenta veces, ella era la excepción: no podía enojarme con ella.

Queria vestirme bien para Hailee, aunque no saldriamos nosotros solos, si era una emergencia de Beverly claro que los demás perdedores irian, pero de todos modos qurria impresionarla. Eso fue interrumpido al solo ver camisetas hawaianas en mi armario y en ese momento me odie.

Normalmente no me vestiria para impresionar a una chica, eso no es lo que suelo hacer yo, pero ella no era solo una chica, era LA chica: era Hailee, maldita sea. Hailee no es solo una simple chica en común, ella tenía algo especial, algo me me hipnotizaba al mirarla. No suelo ser cursi, pero podría decir que estoy completamente enamorado de ella y que me gusta.

No tuve otra opción más qur ponerme una camisa gris más una de mis camisas hawaianas encima de la primera. Era lo mejor que tenía, supongo, además no tenía mucho tiempo, Hailee se veía muy desesperada, no qurria hacerla esperar.

***

Y, efectivamente, todos los perdedores habían ido y mientras andabamos en bicicleta de camino a casa de Beverly, noté que Eddie hablaba con Hailee y ellos dos reían de vez en cuando. No dije nada, solo trataba de ocultar mis celos; un nudó en la garganta se apoderaba de mí, mi estómago se revolvia, aprete mi mandivula y estaba seguro que casí salía humo de mis orejas.

Cuando Eddie reía, yo solo rodaba los ojos y trataba de no darle importancia lo cuál no resultó.

- Llegarón. - soltó Beverly al vernos llegar a todos a su departamento. -. Ti-tienen que ver algo.

- ¿Qué cosa?

- ¿Más de lo que vimos en la cantera? - cuestioné en broma, aunque no pareció del todo; todavia me escuchaba molesto  y cortante.

- Cállate. Cállate, Richie. - me calló de inmediato mi amigo el asmático. ¿Quién se creía él para callarme? Por eso su mamá lo engaña dandole placebos.

- Mi papá me matará si se entera que los metí al departamento. - comentó la pelirroja con cierto terror.

- Alguien se quedará a vigilar. - estaba seguró que el tartajas me terminaria escogiendo a mí. - Richie, q-quédate aquí.

𝗦𝗢 𝗠𝗜𝗡𝗘 || 𝚁𝚒𝚌𝚑𝚒𝚎 𝚃𝚘𝚣𝚒𝚎𝚛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora