𝑵𝒐 𝑴𝒆 𝑷𝒖𝒅𝒆 𝑹𝒆𝒔𝒊𝒔𝒕𝒊𝒓 (𝑩𝒂𝒌𝒖𝑻𝒐𝒅𝒐)

Cap 16: Verdad

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S

e había pasado el resto del día encerrado en su habitación. No iba a negar que sentía un peso menos encima. Le tranquilizaba saber que su hermana no lo odiaba, al menos ya no se llenaría la cabeza pensando en eso. Podría concentrarse en decidir que hacer con respecto a Bakugo.

Era tarde, pasaban de la 01:00 a.m. y aún no lograba conciliar el sueño. Sus noches de insomnio se hacían cada vez más frecuentes, no se sentía con suficiente sueño pero tampoco tenía la energía para levantarse en las mañanas. Su lámpara de noche era lo único que alumbraba su habitación, su ojos estaban fijos en la ventana, en la que no se veía nada, pero pareciera que algo hipnotizaba y dejaba la mente de Shoto en blanco; algo que aprendió a conocer de sí mismo era su habitual disociación cuando no podía dormir.

Antes de que se quedase toda la noche observando a detalle aquella ventana, decidió tomar un rápido baño y prepararse para intentar dormir. No apago la luz que emanaba su lámpara, pues sentía que no había necesidad. Aunque quizá, sentía que así evitaba cualquier rastro por mínimo que sea de pensar en alguna de sus pesadillas recurrentes. Todas, y cada una de ellas, tratándose de su madre.

–¿Shoto?, ¿Estás aquí?, ¿Estas despierto?–

La voz de su hermano lo asustó un instante. Imaginó que Natsuo habría salido tarde de estudiar y que la luz había llamado su atención.

–Si– se limitó a decir.

Natsuo se quedó en silencio, pero Shoto sabía que aún estaba ahí, atrás de la puerta, parado sin hacer nada. La sombra lo delataba. Pareciera que no tenía intención de irse, y Shoto quería eso, que su hermano no se fuera.

–Puedes pasar... si quieres–

Cuando menos se dio cuenta, Natsuo lo tenía entre sus brazos en un estrepitoso e inesperado abrazo. El contacto lo tomo desprevenido y es que al venir de él, fue un abrazo torpe y amable, pues era evidente su falta de experiencia.

Los hermanos Todoroki, poco podían presumir que su lenguaje de amor era el contacto físico. Claro que no lo era.

–Siento que te he fallado– dijo Natsuo.

–En lo absoluto–

–Pareces un robot–

–Nuestro padre así lo hubiera preferido–

–Quizá, si te hubiera protegido de él...–

–No tienes que decir nada– dijo Shoto –¿Por qué tan de repente-...?–

–Pensé que nos odiabas–

–Jamás– exclamó.

–Lo haces. Aunque sea un poco– aseguró.

–No– replicó –Ustedes tienen más derecho a odiarme que yo a ustedes–

–¿Crees que te odiamos por no visitar a mamá? ¿Por no ir a su funeral?–

–Si–

La conversación se había vuelto íntima. Era una conversación que necesitaban. Eran lo único que tenían en el mundo; solo ellos tres. Sólo él y sus hermanos.

–Ni Fuyumi, ni yo te odiamos, Sho. Por alguna razón, llegué a imaginar que eso pensabas y que quizá era la razón por la que no venias– dijo Natsuo –Pensaba que dándote tu espacio llegarías a superar todo esto; pero me equivoque–

Shoto aguardaba en silencio sus palabras. Quería confiar, quería creer que sus hermanos no lo odiaban.

–Te dejamos solo– dijo Natsuo –Por eso creo que nos odias–