capítulo 118

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En el momento de desesperación por el mal que trajo el desastre al feudo.

Raymond intervino para protegerlo; ¡a su propio riesgo!

No fue solo eso.

No sólo salvó al pueblo, sino que incluso lo consoló.

El Festival de la Carne organizado por Raymond.

La ceremonia de réquiem que consuela a los muertos es todavía inolvidable.

Elmud decidió entonces.

Para dedicar su espada a Raymond.

Ser la espada que lo protege.

En el momento en que sostuvo ese noble objetivo en su corazón, todos sus miedos desaparecieron.

Pero,

«Aún eres infinitamente inadecuado.»

“……!”

En el momento en que pensó en ello, Elmud abrió los ojos.

"Ah."

Era un cuartel enorme que nunca había visto antes.

Parecía ser el 'Centro de Tratamiento Curativo Penin' del que sólo había oído hablar a través de rumores.

'Estoy vivo...y bien también.'

Elmud se mordió la parte inferior de los labios.

Aunque lo intentó con todas sus fuerzas, acabó causándole problemas otra vez.

'Maldición.'

En ese momento se oyó una voz áspera.

"¿Estás despierto?"

Era un niño con cara regordeta.

Era Hanson.

"……Oh sí."

"¿Cómo te sientes?"

—Parece que estoy bien. ¿Qué pasa con Sir Raymond? El chico de rostro sombrío miró a Elmud con ojos de desaprobación.

Elmud, que tiene una personalidad tímida, estaba preocupado de haber hecho algo malo.

“¿Por qué me miras así?”

“El maestro está allí.”

“Ah…”

Raymond estaba sentado en una silla sencilla y se estaba quedando dormido.

Elmud estaba abrumado por la emoción.

¡Estaba claro que lo había estado tratando toda la noche y luego se quedó dormido así!

Los ojos azules de Elmud se llenaron de lágrimas. No pudo contener la emoción que lo embargaba.

En ese momento, Raymond abrió los ojos y se despertó.

Elmud se levantó de su asiento con los dientes apretados.

Luego, con pasos temblorosos, caminó frente a Raymond e hizo una acción inesperada.

¡Está de rodillas!

—Una vez más, señor Raymond, le pido que acepte mi espada, ¡pues deseo ser su espada!

“….…!”

“¡Por ​​supuesto que sé que no soy lo suficientemente bueno! Pero por mucho que no sea lo suficientemente bueno, haré diez o cien veces más de lo que pueda con mi corazón para cortar el hueso”.

De esta manera, Elmud, el espadachín más grande del reino, juró lealtad a Raymond por segunda vez.

***

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