¿Viste que dicen que es mejor aprender de los errores de los demas, que de los de uno mismo?
Muy bien! Aqui su servidora prefirio experimentar todos lo errores posibles por cometer... para luego aprender de ellos. Que idiotez la mia. ¿Cierto?
Presta atencion a lo que te voy a contar. Porque realmente es increible ver la lista extensa de mis errores y aun no tener antecedentes penales.
Esta es la historia de cómo terminé conduciendo para una banda criminal de extranjeros. Siempre pensé que mi vida iba a seguir su rumbo tragico y hasta cierto punto un tanto lamentable. Pero todo cambió cuando conocí a Alex.
Lo conocí en un bar, una noche cualquiera. Su acento extranjero y su aire de misterio me cautivaron. Había algo en él que me atraía, probablemente porque me recordaba a alguien de mi pasado, este individuo era una mezcla de peligro y fascinación.
Empezamos a salir, aunque la verdad yo solo lo hacia para no sentirme sola y para sacarme a un personaje del corazón... algo asi como el famoso prefacio "un clavo saca otro clavo", Ay Dios mio! cuantos errores los mios... Pronto me encontré envuelta en su mundo oscuro. Al principio, no sabía en qué estaba metida. Alex era cuidadoso con los detalles, pero poco a poco, las piezas empezaron a encajar.
Una noche, Alex me pidió que lo acompañara a una "reunión de negocios". Era un eufemismo, claro. Llegamos a una bodega abandonada en las afueras de la ciudad. Allí conocí al resto de la banda: hombres de distintas nacionalidades, cada uno con una historia más sombría que el anterior. Me miraron con recelo al principio, pero Alex les aseguró que podía confiar en mí.
Mi papel era simple, o al menos eso pensaba: ser la chofer. "Solo tienes que conducir", me dijo Alex. "Nada más". Pero en el mundo del crimen, nada es tan sencillo como parece. La primera vez fue un secuestro. Me dieron instrucciones claras: recoger a un hombre en un punto específico y llevarlo a la bodega.
Y yo solo queria vivir... Queria sentirme viva (Aunque en realidad estaba muerta por dentro)
Recuerdo ese día como si fuera ayer. El sudor frío en mis manos, el temblor en mis piernas. El hombre subió al auto sin sospechar nada. Lo conduje hasta la bodega, donde los demás se encargaron de él. Cerré los ojos cuando lo bajaron del auto, tratando de bloquear los gritos y el caos que siguió.
A partir de ese momento, no hubo vuelta atrás. Me había convertido en una pieza clave de la operación. Con el tiempo, la adrenalina y el dinero fácil me hicieron olvidar el miedo. Me acostumbré a las miradas furtivas, a las noches sin dormir, a la sensación de peligro constante.
Una noche, el aire estaba cargado de tensión. Alex me había advertido que esta operación sería más complicada. El objetivo era un la hija de un empresario, la cual estaba bien protegida. Sabía que algo andaba mal, pero no me atreví a preguntar. Mi misión era esperar en el coche, lista para arrancar en cualquier momento.
De repente, el sonido penetrante de las sirenas de la policía rompió la calma de la noche. Mi corazón se aceleró, el pánico se apoderó de mí. Miré por el retrovisor y vi las luces azules acercándose rápidamente. La operación había sido comprometida. Sin pensarlo dos veces, arranqué el auto y pisé el acelerador a fondo.
La adrenalina corría por mis venas mientras el motor rugía bajo mis pies. Las calles se convirtieron en un borrón de luces y sombras mientras zigzagueaba por la ciudad, tratando de perder a los policías. Podía escuchar las sirenas cada vez más cerca, y el miedo me invadía. Sabía que si me atrapaban, sería el fin.
Las manos me sudaban y el volante resbalaba bajo mis dedos. Tomé una curva cerrada, casi chocando con un poste de luz. El ruido de los neumáticos chirriando en el asfalto resonaba en mis oídos. La policía no estaba dispuesta a dejarme escapar.
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DESDE EL ABISMO - M. Briggitte
Teen FictionBasada en hechos reales. ¿Será que el dicho es cierto? ¿Llegará la luz en medio del pánico? ¿Vendrá la calma después de la tormenta? ¿Llegara la esperanza a mi abismo?