EL CONTRATO

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Hoy les contare la cuspide de mi estupidez.

Viste que siempre te dicen que cuando vas a firmar algo lo leas completo ¿verdad?... Aqui su servidora no lo hizo y se dejo envolver en faciles y falsas ilusiones rapidamente.

Te lo cuento, para que no cometas mis errores.

Todo comenzó hace unos meses, cuando estaba navegando por una página similar a Twitch. Había estado transmitiendo algunos de mis juegos favoritos y conectándome con otros jugadores, cuando recibí un mensaje privado de un usuario con el nombre de "ReclutadorEstrellas". Al principio, pensé que era una broma, pero el mensaje decía algo como: "He visto tus transmisiones y creo que tienes el potencial para ser modelo. ¿Te gustaría conocer más?"


Era difícil no emocionarse. No había tenido mucha suerte en mi vida hasta ese momento, y la idea de ser descubierta como modelo parecía un sueño hecho realidad. Acepté su solicitud de amistad y comenzamos a chatear. Me habló sobre oportunidades increíbles, sesiones de fotos glamorosas y la posibilidad de viajar. Todo parecía tan legítimo.

Me envió un contrato por correo electrónico, y debo admitir que no lo leí detenidamente. Tenía una mezcla de emoción y prisa por empezar esta nueva etapa de mi vida. Además, confié en lo que me había dicho: que era una oportunidad única y que debía firmar pronto para no perderla. Así que, sin pensarlo demasiado, firmé y se lo devolví.

Nos encontramos en una cafetería unos días después. Él se presentó como Marcos, un hombre de aspecto profesional con una sonrisa encantadora. Me llevó a un estudio de fotografía que parecía bastante normal. Las primeras sesiones fueron bastante estándar: algunas fotos en ropa casual, luego en vestidos elegantes. Pero después de unas semanas, las cosas empezaron a cambiar.

Marcos me dijo que, para "diversificar" mi portafolio, necesitábamos hacer sesiones más "arriesgadas". Al principio, se trataba de ropa más reveladora. Me sentía incómoda, pero él insistía en que era necesario para avanzar en mi carrera. Después, las sesiones se volvieron cada vez más explícitas. Cuando intenté negarme, me recordó que había firmado un contrato y que debía cumplirlo.

Fue entonces cuando me di cuenta de la gravedad de mi situación. Marcos no era un reclutador de modelos; era un proxeneta. Me había atrapado en una red de explotación sin que yo me diera cuenta. Intenté salir, pero él me amenazó con publicar las fotos y videos que ya habíamos hecho. Me sentí atrapada, avergonzada y asustada.

Mi vida se convirtió en un infierno. No podía hablar con nadie sobre lo que estaba pasando por miedo y vergüenza. Cada día, iba al estudio con el estómago revuelto, preguntándome cómo había podido ser tan ingenua.

Un día, mientras revisaba el contrato, encontré una cláusula que decía que podía rescindir el acuerdo si demostraba que había sido engañada al firmarlo. Decidí grabar una conversación con Marcos, donde él admitía que me había mentido sobre la naturaleza del trabajo. Fue arriesgado, pero lo logré.

Con esa grabación, acudí a un abogado. Presentó una demanda de forma anonima para proteger mi imagen y, finalmente, después de una larga batalla legal, pude liberarme del contrato. 


Marcos fue arrestado por tráfico y explotación, y el estudio fue cerrado. Ahora, estoy tratando de reconstruir mi vida. 

Todavía siento el peso de esa experiencia, pero estoy decidida a usar mi historia para advertir a otros sobre los peligros de confiar ciegamente en oportunidades que parecen demasiado buenas para ser verdad. 

Aprendí por las malas que no todo lo que brilla es oro, y que es esencial leer siempre la letra pequeña.

No pongas la cabeza en la horca para que te ejecuten.

No te entregues en bandeja de oro al depredador.

Las personas malintencionadas pueden aprovecharse de tus sueños y deseos. 

Recuerda que la vulnerabilidad puede ser explotada.

DESDE EL ABISMO - M. BriggitteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora