Inducción del estro

Capitulo 12

En los días siguientes, Jiang Yunian sintió claramente que Mu Shanchuan lo estaba molestando.

Tres llamadas telefónicas al día, puntuales por la mañana, por la tarde y por la noche, y mensajes de WeChat sin parar. Incluso después de que Jiang Yunian lo ignorara, Mu Shanchuan lo invitó persistentemente a cenar.

Lo más importante era que cada palabra que decía era cortés, gentil y considerada. Nunca se pasó de la raya con su preocupación moderada y no se enojaba cuando lo rechazaban. En cambio, cambiaba de tema de inmediato y continuaba con un enfoque diferente, lo que dejaba a Jiang Yunian sin poder encontrarle ningún defecto.

Entonces, Jiang Yunian preguntó casualmente: "¿A qué te dedicas?"

Mu Shanchuan respondió: "Soy abogado".

¡No es de extrañar que sea tan elocuente!, pensó Jiang Yunian enojado.

A medida que aumentaba la "preocupación" de Mu Shanchuan por él, la cantidad de veces que Mu y él jugaban juntos disminuyó rápidamente. A veces, cuando Jiang Yunian lo invitaba, Mu no respondía durante mucho tiempo o declinaba cortésmente, explicando que últimamente estaba demasiado ocupado con el trabajo.

Jiang Yunian volvió a preguntar casualmente: "¿A qué te dedicas?"

Mu tardó un rato en responder: "Soy abogado".

¿Por qué ambos son abogados, pero Mu Shanchuan parece tan holgazán?

¡No debe estar trabajando seriamente y sólo está jugando!

.....

Cuando el gran jefe abrió la puerta, Mu Shanchuan estaba ocupado comiendo bocadillos, mirando archivos de casos y charlando con Jiang Yunian.

El gran jefe exclamó: "¿Con quién estás chateando?"

Mu Shanchuan ni siquiera levantó la cabeza y respondió: "Mi esposa".

"¿Cuándo saliste del mercado?? ¿Por qué no lo sabía? El gran jefe estaba sorprendido.

Mu Shanchuan sonrió y dijo: "Acabo de empezar a perseguirlo".

-Bueno, buena suerte con eso -dijo el gran jefe, entregándole un nuevo expediente-. Hay un caso de disputa por una herencia. ¿Le gustaría al abogado Mu encargarse de él?

-No lo aceptaré -dijo Mu Shanchuan levantando la cabeza-. Todavía tengo dos casos pendientes de juicio. No quiero trabajar hasta morirme. Entonces, estaba muy ocupado con el trabajo.

El gran jefe retiró la mano y dijo medio en broma: "Estás ocupado, pero aún tienes tiempo para coquetear y charlar durante las horas de trabajo".

En ese momento, el teléfono de Mu Shanchuan se encendió de nuevo. Lo miró, cerró el expediente, se levantó y recogió sus cosas tranquilamente.

El gran jefe preguntó: "¿Qué estás haciendo?"

Mu Shanchuan le mostró la pantalla del teléfono, que mostraba un registro de chat.

"El cliente acordó reunirse y discutir el caso en persona", Mu Shanchuan tomó su teléfono. "Ahora tengo que salir de la oficina durante el horario laboral".

El caso tiene que ver con derechos de propiedad intelectual y la clienta es una escritora de unos treinta años que había quedado en reunirse con ella en una cafetería. Cuando llegó Mu Shanchuan, ella ya estaba sentada y esperándolo.

"No sé qué le gusta beber al abogado Mu, así que pedí un americano y un capuchino", sonrió la escritora.

"No me importa", Mu Shanchuan también sonrió, tomó el americano y tomó un pequeño sorbo.

Luego, los dos comenzaron a discutir la situación. Mu Shanchuan admitió que el caso de derechos de autor era difícil de resolver y que llevaría mucho tiempo, sería costoso y laborioso. La escritora simplemente sacudió la cabeza y dijo que tenía que luchar.

Como iban a pelear, necesitaban estar preparados. Mu Shanchuan discutió los procedimientos con ella. Cuando levantó la vista, su mirada pasó por encima de su hombro y se concentró inmediatamente en ella.

Mu Shanchuan se sintió como si hubiera sido alcanzado por un rayo.

Jiang Yunian entró con una bolsa en la espalda. Giró la cabeza y vio a Mu Shanchuan sentado frente a frente con una mujer elegante.

Mu Shanchuan se quedó paralizado.

Jiang Yunian no reaccionó mucho, probablemente siguiendo las órdenes de su médico. Calculó que la distancia entre ellos probablemente no era más de diez metros, por lo que obedientemente abrió la puerta y salió, dirigiéndose al otro lado de la calle.

En ese instante, el corazón de Mu Shanchuan se hundió hasta el fondo.

"¿Abogado Mu?"

Mu Shanchuan finalmente recuperó el sentido.

La escritora todavía tenía una sonrisa en su rostro y le recordó: "Acabas de mencionar la cadena de evidencia".

-Ah, cierto. Gracias -Mu Shanchuan recogió sus pensamientos dispersos y se obligó a decir todo lo que necesitaba decir.

De todos modos, su mente ya había volado a otro lado.

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