*Sonidos obscenos*
*Voces japonesas y efectos de sonido*
— Mmm... joder, que buenas tetas...
*Sonidos obscenos*
*Voces japonesas y efectos de sonido*
— Ah... así se hace, mi linda esposa...
Hablaba entre jadeos un chico mientras se autocomplacía.
— Mmm... ¡Y-ya casi!
*Sonidos de eyaculación*
*Sonido de tecla*
El chico se vino, pausando el anime que estaba viendo, manchando la pantalla del monitor con su semen.
Sin embargo, al momento de limpiar, algo pasó.
Con un destello, su vista fue cegada.
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Y cuando pudo recuperar la consciencia.
— ¡Ahh!
Un grito ahogado salió de su boca.
— ¡¿Qué está-Ahh?!
Miró hacia atrás, viendo como un hombre de cabello rojizo lo sujetaba de su enorme trasero y embestía contra este.
— ¡¿Quién e-aaahh?!
Las respuestas no salían de su boca, más bien, el extraño placer que estaba sintiendo no lo dejaba.
— Cariño, me encanta tu vagina, está apretando más fuerte que nunca... Me voy a venir... lo soltaré adentro...
— ¡Es... espera...! ¡¡Aaaaaaaahhhhhhh!!
El interior de su cuerpo fue rellenado con la carga caliente del hombre pelirrojo, dejado con su pechos recostado en la cama que ahora estaba, con su trasero alzado mientras una mezcla de líquidos se derramaba de este.
*Sonido de golpe de puerta*
Sirzechs-sama, surgió un problema con la administración de los recursos para ***********, su presencia es necesaria.
— Parece que tendremos que continuar nuestra muestra de amor después, Grayfia-chan
El chico ahora en el cuerpo de la mujer llamada Grayfia no dijo nada, su cerebro estaba sobrecargado por el intenso placer femenino que había experimentado.
Pasaron varias horas.
— ¡Ah!
El chico finalmente se recuperó.
— Uhh... ¿Qué fue lo que pasó...? ¡Cierto, ahora tengo pechos! —dijo el chico mirando hacia abajo— ... Un momento, aquel tipo... ¿Dónde lo he visto? ... ¿Grayfia...? ¿Ese tipo me llamó Grayfia...? Espera.
El chico se levantó de la cama buscando un espejo, lo encontró rápidamente, y una vez frente a este, pudo ver su figura.
— ¡¿S-s-soy Grayfia Lucifuge?!
Para su sorpresa, la imagen de la persona que se reflejaba en el espejo era la de Grayfia Lucifuge, una demonio poderosa, casada con un demonio igual de poderoso, pero sobre todo, una mujer.
— ¡Esto es real! —dijo el chico al sentir el tacto de sus mejillas suaves— ¡¿Pero cómo es posible?! ¡Piensa, Dan, piensa!
El chico empezó a analizar sus recuerdos; estaba en su habitación buscando material para autocomplacerse, entonces encontró un video del personaje en el que ahora está, se vino y manchó su pantalla, pero cuando iba a limpiar...
