Luego de un tiempo de ser el fan número uno de un creador de contenido para adultos, Yoongi se siente lo suficientemente enamorado de esa persona desconocida, se vuelve fiel y leal a todo el contenido compartido de J-hope, su ídolo sexual.
Hasta que...
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Al recibir a su invitado, Hoseok cerró la puerta y de inmediato lo abrazó con fuerza, sintiéndose tan aliviado de ver a su mejor amigo.
—¡Jimin, me alegra tanto que llegaras!
Abrazándolo de vuelta, su amigo rió con ternura al sentir su afecto.
—Disculpa la tardanza, Hobi, el autobús se descompuso a medio camino y no había señal telefónica para avisarte.
Rápidamente Hoseok se separó y lo tomó del brazo, lo jaló con él hacía su habitación. —¿Ya comiste? ¿Tienes hambre? ¿Te ofrezco algo? —preguntó en tanto también jalaba la maleta con rueditas de su amigo.
Al entrar, Jimin se quedó de pie frente a la cama y colocó ambas manos en su cintura. —Por ahora estoy bien, Hobi... Tú... no estabas trabajando, ¿verdad? —señaló divertido el colchón.
En su escritorio, el contrario apagó la computadora personal mientras negaba entre risas.
—Sabes que cuando tú vienes, no trabajo. Descuida, todo está limpio y en orden —en la silla giratoria sentado, se movió de un lado a otro sobre el mismo eje, observando a su amigo tirarse a la cama para descansar la espalda.
—¿Y cómo te fue esta semana? ¿Cuándo llega Taehyung?
—Realmente me fue bastante bien, Jimin —respondió con felicidad—. Tuve cientos de suscriptores esta semana, así que los ingresos han estado subiendo como espuma. Supongo que podré comprarme un auto también.
—¿Lo ves? Solo con promocionarte en ese mundo para adultos, te están llenando de fanáticos, deberías considerar mi consejo de abrir cuentas públicas en otras redes sociales. Te volverías mucho más famoso y rico.
Con un largo suspiro, Hoseok miró en dirección a la puerta donde había un espejo de cuerpo completo y se miró con nostalgia.
—Es que ese es el problema, J-hope se volvería famoso y... seguramente mi madre se enterará... mi padre, mi hermana, todos en el pueblo.
Jimin se incorporó y se sentó en la orilla de la cama frente a él.
—Pero si todos ya saben lo suficiente, amigo. Y no quiero sonar como un imbécil porque se trata de tu familia, pero ellos fueron los primeros en darte la espalda cuando sucedió lo de...
Sus ojos se llenaron de lágrimas pero reprimió su llanto.
—Me repudian, lo sé... pero aunque han transcurrido casi dos años, los echo de menos.
Rápidamente su amigo se levantó, tomó su mano y lo ayudó a levantarse. —Pero todavía tienes a tu mejor amigo aquí, ¿sí? —intentó darle un poco de consuelo al dolor de su corazón—. Yo no voy a dejarte solo. De hecho, quería darte la noticia de que quizás me contraten en una empresa de comunicación en la cuidad, ¡podríamos pasar más tiempo juntos!
