La Estación de Shibuya era un lugar bastante concurrido. Siempre había gente, a cualquier hora del día. Ruido por doquier, ya fueran risas, quejas, gritos, de alegría o enojo. Toda la población de Shibuya pasaba por allí.
Pero...
Hoy era un día bastante peculiar. Todo aquel ruido cesó hace unas horas y en su lugar, un montón de cadáveres era lo que abundaba por allí.
Ella corría...
Se podía ver cómo la sangre adornaba todo el lugar junto a un gran daño hecho no naturalmente.
Ella corría...
Pero no todo era un montón de cadáveres. Por alguna razón, habían personas aún vivas allí, pero parecían estar fuera de sí mismos.
Ella corría...
Tal como pasaba con la estación, las calles del distrito siempre estaban llenas de gente. Muchos padres y madres de familia yendo al trabajo, pues tenían bocas que alimentar. Jóvenes yendo hacia su escuela buscándose un mejor futuro. Y como olvidar el montón de tráfico. Eso es lo que llenaban las calles del Distrito Shibuya.
Ella corría...
Ahora, en su lugar, y de la misma manera en la que se encontraba la estación, solo había un montón de cadáveres. Destrucción y más destrucción.
Ella corría.
Lo más sorprendente era el lugar donde un montón de humo se veía. Era demasiado denso y abundante, así que se veía a la lejanía.
Su paso cesó.
Que triste era la vista, realmente. No podrían creer que en tan solo unas cuantas horas ese sitio haya terminado en una horrible masacre. Es que, no hace poco había un montón de gente conviviendo alegremente en un evento de Halloween. No sabían que muchos de ellos darían sus últimos suspiros allí.
Una lágrima cayó por su mejilla.
Aquel sitio en el que ellos recurrían cada fin de semana probablemente ya no estaba. Si...tomando en cuenta de dónde proviene aquel denso humo, sería lo más probable.
Continuó corriendo.
Mientras más recorría uno el sitio se podría dar cuenta que aquel humo, no era humo. O no eso, solamente. Era una enorme capa de polvo, producto de un gran daño causado en el área. Pero, ¿quién habra sido?
Ella llegó.
Vaya...aquel sitio ya no estaba. Solo había un montón de escombros por todas partes.
Nuevamente, una lágrima amenazó con salir, pero la secó con la manga de su sudadera. Temía lo peor, pero esa lágrima no resolvería nada. Lo tendría que hacer ella y nadie más.
"Maki, sal de aquí" con cierta queja, una voz se escuchó provenir debajo de algunos escombros.
La joven se exaltó un poco. Su sorpresa la hizo reaccionar rápido y corrió hacia el sitio de donde escuchó a ese chico.
Se dió cuenta que esos escombros eran de aquel edificio en el que ella recurría, posteriormente Megumi, Nobara e Itadori harían lo mismo.
"Sal de aquí. Es demasiado para tí, incluso" habló nuevamente el chico pese a saber que ella no lo dejaría allí así de esa forma. "¡Por favor, vete!"