Algo a destacar de Satoru Gojō, era lo bueno que era con los jóvenes, siendo más específicos, sus alumnos. La confianza que se establecía entre este y dichos individuos era algo de respetar, pues no solo les aconsejaba sobre el Mundo de la Hechicería, sino que, también les contaba historia acerca de esta.
Tal como aquella vez que contó sobre el Clan Zenin y el Clan Gojō. Dos de los Tres Grandes Clanes del Mundo de la Hechicería. En algún punto, hubo una rivalidad demasiado poderosa entre ambos Clanes. Técnicas monstruosas existían en esos clanes. Satoru Gojō era poseedor de una, y Megumi era poseedor de la otra. Pero he ahí, teniendo una conversación amistosa sin sed de sangre o algo por el estilo. Una gran diferencia a como fue en el pasado en el que los portadores de tales técnicas lucharon hasta morir.
"Entonces, y según usted dice, la Técnica de las Diez Sombras, ¿está al nivel suyo?" Megumi miró confundido a Satoru.
"Así parece. En aquel tiempo, lucharon hasta morir, y todo por un Shikigami" Satoru respondió viendo tranquilamente a su alumno con el ceño fruncido.
"Oh..."
"Si. «Oh...». Pero nosotros no tenemos necesidad de matarnos. Hay que romper esa tradición. Que aburrido sería que se repitiese"
"Tiene razón. Pero tengo curiosidad. ¿Qué lo hace tan poderoso?" con una total confusión, Megumi miró a su profesor esperando una respuesta compleja.
"Su nombre es Mahoraga. Y su poder es simpl; se adapta. Demasiado bien" fue su respuesta.
Megumi asintió. Lo entendió, pero parecía que poner a prueba dicho Shikigami le haría saber mejor sobre ello. De todas formas, sería un problema de igual manera.
Sonando "Symphony Of Destruction;
Megadeth"El rugido de aquellos dos hizo temblar el lugar en el que se encontraba la mayoría de los Hechiceros. Cosa que, obviamente, llamó la atención de todos.
Sukuna estaba maravillado, pero de igual manera estaba con la guardia en alto.
Vió como aquel ser levantó su brazo derecho, el cual parecía ser una hoja filosa y dió el golpe, el cual solo hizo que aquel impactara contra el suelo. Luego de ello, fue a por él.
Un golpe tras otro notó ciertas cosas sobre ese Shikigami. También pudo ver como aquella cosa que flotaba sobre Mahoraga, la cual desconocía, daba vuelta cierto tiempo después de haber recibido algún ataque. Quizá así sería contra todo ataque.
Probó un corte algo superficial, y logró ver qué la herida sanó, por lo que intensificó la potencia de estos haciéndole múltiples danos por todo el cuerpo, y vaya sorpresa.
Luego de eso, Kurama se reincorporó colocándose al frente de Sukuna, mientras que Mahoraga se colocó detrás suyo
"Ustedes dos son unas malditas bestias en estos momentos. No me voy a contener nada" dijo Sukuna colocando sus manos juntas.