El poder que residía en él se desató de golpe, lo que ocasionó que esté inestable. Solo serían unos minutos en los que podría estar de esa forma antes de ceder el control del cuerpo.
Parecía una desventaja total, así que habría que hacer más cosas rápidas.
Menos mal, ella había llegado a tiempo.
Hace diez minutos, Maki había salido del lugar dejando a Naruto a su suerte, cosa que no le gustó mucho hacer. De hecho, se podría decir que se odió por eso, pero... él le había dicho que podía confiar en su palabra. Aún así, ¿y si estaba equivocado? Si no resultaba y moría, jamás se perdonaría así misma. Nunca.
Entonces, si tanto le carcomía la consciencia, ¿por qué lo hizo? ¿Para qué estarse lamentando así? Era obvio. Aún sin hechos, Naruto le genera confianza, solo con su palabra. Ahora solo quedaba ver la resolución de todo esto.
Allí estaba. Frente a ella estaba la bodega de Naruto. No perdió el tiempo y quitó cuánto escombro le bloqueara el paso. Pero eso tomó algo de tiempo.
"(Maldita sea. No debo tardarme tanto. ¡La vida de Naruto depende de esto!)" pensó frustrada. El coraje llegó tanto a su mente como a sus manos y piernas y empezó a destruir todo lo que estuviera en su camino.
Allí estaba. Vía libre para llegar a su objetivo.
Pero...
No lo había pensado hasta ahora.
¿Qué se suponía que tendría que hacer?
Ya con el pergamino en sus manos no sabía que hacer. Muchos menos le habían dicho que se podría hacer en caso de tenerlo consigo.
Se maldijo, pensando en que Naruto le había mentido para salvarla, pero no había nada que temer. Él no la enviaría así nada más.
Su pierna, aquella pierna que había sido herida tiempo atrás empezó a adormecerse por alguna razón. Luego esa sensación comenzó a recorrer toda su pierna y subió hacia su torso.
De alguna forma, ella se sintió con calma por la sensación que le daba eso.
Era muy puro.
La sensación terminó en sus manos y estas se rodearon por una buena cantidad de esa energía.
Los ojos de Maki se abrieron en sobremanera para apreciar esto y brillaron al mismo tiempo al estar maravillada por tener esa sensación por primera vez en su vida.
El pergamino fue rodeado, y se abrió, dejando ver un que en este estaba un remolino puesto con alguna clase de tinta. Si, demasiado obvio.
Maki sin saber que hacer exactamente solo puso sus manos en este. Un brillo surgió del símbolo y desapareció al final.
Ella sintió como una corriente de viento pasaba por su rostro suavemente. Pensó que de alguna manera eso, que fuera lo que fuera, se estaba dirigiendo a Naruto.