Cap 1. El Claro

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El Claro, un laberinto de estructuras metálicas y pasillos serpenteantes, bullía de actividad mientras los Corredores se preparaban para otra jornada. Sus paredes altas y techos iluminados por antorchas creaban un ambiente claustrofóbico pero vital para la supervivencia de sus habitantes. En el corazón de este laberinto se encontraba el Claro, un refugio organizado donde los residentes, divididos en roles de Alfas y Omegas, trabajaban juntos para resolver los misterios del Laberinto y mantener la comunidad funcionando.

En el Claro, las dinámicas eran claras: Alby, el líder respetado por su sabiduría y experiencia; Newt, el Omega decidido y firme, que actuaba como segundo al mando y era admirado por su capacidad estratégica; Minho, el Omega orgulloso y astuto, que desafiaba constantemente las decisiones de otros.

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El Claro bullía de actividad mientras los Corredores se preparaban para otra jornada en el Laberinto. Chuck, con sus mejillas rellenas y su aspecto tierno, observaba desde la periferia, sintiéndose invisible a pesar de estar allí desde hace tiempo. A menudo, era visto más como un niño a proteger que como un igual.

Gally, siempre enfocado en sus propias tareas y desafíos, era el Alfa designado de Chuck. Para él, Chuck era un Omega que requería su cuidado y protección, pero también lo veía como alguien que no merecía su atención. Gally tenía una actitud distante y superior hacia Chuck, considerándolo más una responsabilidad que un compañero.
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Un día, el elevador trajo consigo a Thomas, un nuevo Alfa joven y entusiasta que deslumbró a todos con su carisma y habilidades. Desde el primer momento, Thomas se sintió atraído por Newt, el Segundo al mando y un pilar de estabilidad en el Claro.

En una tarde tranquila, Thomas se encontró con Chuck mientras este cuidaba de las plantas del huerto. A diferencia de los demás, Thomas no veía a Chuck como un Omega frágil, sino como alguien con una fortaleza interior que los demás pasaban por alto.

—Hola, ¿eres nuevo aquí? —preguntó Tom, sonriendo amablemente.

Chuck, con sus mejillas ligeramente sonrojadas y una sonrisa tímida, respondió: —No, llevo un tiempo. Soy Chuck.

Thomas asintió, observando las manos de Chuck manchadas de tierra. —¿Te gusta trabajar en el huerto?

Chuck asintió con entusiasmo. —Sí, me gusta. Ayuda a pasar el tiempo y a mantener las plantas saludables.

El alfa se quedó a conversar con Chuck, encontrando su ternura y entusiasmo por las plantas completamente encantadores. Chuck, por su parte, se sintió valorado por primera vez en mucho tiempo, especialmente por alguien que no lo veía solo como un Omega a proteger.

Mientras tanto, Thomas y Newt se encontraban en una esquina del Claro, discutiendo los planes para las próximas incursiones en el Laberinto. Newt, a pesar de ser un Omega, mostraba una actitud decidida y firme, lo que le había ganado el respeto de muchos en el Claro.

—Necesitamos ser más estratégicos, Thomas. No podemos seguir arriesgándonos sin un plan sólido —dijo Newt, con los brazos cruzados y la mirada fija en Thomas.

Thomas asintió, impresionado por la claridad y la fuerza de Newt. —Tienes razón, Newt. ¿Tienes alguna idea en mente?

Newt esbozó una sonrisa. —De hecho, sí. Estaba pensando que podríamos usar algunos de los pasillos menos explorados como vías de escape en caso de emergencia. Además, necesitamos equipos más pequeños y ágiles.

Alby, el líder del Claro, observaba desde una distancia prudente. A su lado, Minho, un Omega con una actitud orgullosa y creída, no dejaba de comentar sobre las decisiones que se estaban tomando.

—¿Realmente crees que esa idea funcionará? —preguntó Minho con un tono desafiante, mirando a Alby.

Alby, acostumbrado a la actitud de Minho, sonrió con paciencia. —Es una buena estrategia, Minho. Newt sabe lo que hace.

Minho bufó, cruzando los brazos. —Solo digo que deberíamos ser nosotros quienes tomemos las decisiones importantes. No quiero que nos veamos como tontos si esto sale mal.
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Mientras tanto, en el Claro, Minho y Chuck se cruzan en el camino. La actitud creída de Minho contrasta con la humildad y el esfuerzo constante de Chuck.

—¿Qué haces todavía aquí, Chuck? —preguntó Minho con desdén. —Pensé que estarías escondido en algún rincón.

Chuck, aunque herido por las palabras, se mantuvo firme. —Estoy ayudando como todos los demás, Minho. No todos podemos ser corredores.

Minho soltó una carcajada. —Claro, sigue recolectando hierbas. Al menos así no te metes en problemas.

La expedición de Thomas y Newt llega a un punto crítico cuando encuentran un nuevo pasillo que parece prometedor. Sin embargo, se enfrentan a un obstáculo inesperado: un grupo de Grievers patrullando el área.

—¡Rápido, por aquí! —gritó Newt, liderando al grupo hacia una vía de escape que había identificado previamente.

Thomas, junto a Newt, lucha valientemente para proteger al equipo. La cooperación y el entendimiento mutuo entre ellos se hacen más fuertes con cada desafío que enfrentan.

Al regresar al Claro, el equipo es recibido con alivio y admiración. Alby, observando la conexión entre Thomas y Newt, se siente esperanzado.

—Buen trabajo, chicos —dijo Alby, asintiendo con aprobación.

Minho, aunque aún con su actitud orgullosa, no puede evitar sentirse impresionado. —No estuvo tan mal, supongo.
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Hola cómo están? Este sería el primer capítulo de la historia, me gustaría saber qué primeras impresiones ha causado. Qué tan. Larga sea la historia depende del apoyo de comentarios y votos reciba.

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